Los bloques de Gobiernos de Asia, África y América Latina se han negado a respaldar los llamamientos de los representantes de los trabajadores y empleadores para que se tomen medidas inmediatas al respecto, mientras que los Gobiernos nórdicos/de la UE y los EE.UU. sí que han apoyado la postura de los trabajadores y empleadores.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha expresado: “Tras varios años de promesas vacías de terminar con su sistema de mano de obra esclavizada, Qatar ha utilizado la presión financiera que ejerce sobre otros Gobiernos para seguir ganando tiempo. Lo peor de todo es que determinados Gobiernos de Asia y África, de donde procede la mayoría de los 1,5 millones de trabajadores migrantes que hay actualmente en Qatar, se han negado a defender a sus propios ciudadanos. El nuevo aplazamiento de seis meses va a costar muchas vidas, puesto que los trabajadores se ven obligados a trabajar durante los abrasadores meses de verano sin ninguna protección básica y a la merced de los empleadores que aplican el sistema de kafala.

“Las autoridades de Qatar optan deliberadamente por imponer un sistema de esclavitud moderna a los trabajadores y trabajadoras migrantes, los cuales se ven forzados a pedir dinero prestado para pagar unas comisiones de contratación abusivas, tienen que alojarse en unas instalaciones mugrientas y abarrotadas y reciben unos sueldos de miseria.

Carecen de medios efectivos para solucionar sus problemas o resolver los conflictos, no tienen derecho a cambiar de empleo, ni siquiera a escaparse de situaciones laborales abusivas, y sus empleadores pueden obligarles a permanecer en el país durante años al denegarles el visado de salida. Las recientes visitas que hemos realizado a los famosos campos de trabajo de Qatar nos han permitido constatar que los salarios de muchos trabajadores están de hecho disminuyendo, y que se siguen dando muchos casos de trabajadores que son importados al país y terminan quedándose sin trabajo, en la indigencia y no sin manera de regresar a su país. La tasa de mortalidad entre los trabajadores migrantes procedentes de la India y de Nepal sigue siendo de un trabajador por día.

“El país más rico del mundo podría optar por cambiar, pero ha preferido utilizar su poder económico para mantener este sistema corrupto durante otros seis meses más.”