Acuerdo Grecia-UE: el FMI no debería hacer política con la recuperación europea, afirma la CSI

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La CSI ha criticado duramente la actitud negativa asumida por el Fondo Monetario Internacional hacia el acuerdo alcanzado el 24 de febrero entre los ministros de Finanzas de la eurozona y el Gobierno griego en relación con una extensión de cuatro meses del actual préstamo europeo a Grecia para paliar la crisis.

Una declaración por escrito de la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde condenó el acuerdo porque no contiene “garantías claras” de que el Gobierno griego vaya a poner en práctica las medidas prometidas por el anterior Gobierno griego, derrotado en las elecciones de enero, incluyendo en el ámbito de las reformas del mercado de trabajo.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, afirmó: “Cinco años de austeridad y desregulación impuestas por el FMI y los demás miembros de la Troika no han hecho sino generar una depresión económica, una mayor desigualdad y el 25 por ciento de desempleo. Insistir en que el nuevo Gobierno de Grecia haga más todavía raya en la irracionalidad”.

Burow señaló que las reformas del mercado laboral a las que hace referencia en su declaración el FMI incluyen nuevas restricciones al derecho de huelga y otras actividades sindicales, así como la eliminación de preaviso en caso de despidos colectivos: “Hacer que los derechos de los trabajadores y las trabajadoras resulten aún más precarios y seguir debilitándolos solamente contribuirá a un mayor descenso de los niveles de vida de los trabajadores y a una mayor desigualdad. No tiene ningún sentido para el FMI impulsar este programa cuando los electores griegos han expresado claramente su deseo de cambio y cuando los ministros de Finanzas de la eurozona aceptaron la intención del nuevo Gobierno de priorizar la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal”.

A la CSI también le preocupa profundamente que la condena del acuerdo entre Grecia y la zona euro del FMI esté siendo aprovechada por los grupos políticos de derechas, e incluso antieuropeos, para tratar de bloquear el acuerdo en algunos de los parlamentos nacionales que deben ratificarlo. “Desde el punto de vista político, el FMI juega con fuego al ceder a fuerzas políticas más interesadas en asentar su ideología, aun a costa de desencadenar una nueva crisis de la eurozona, que en ayudar a un país miembro de la Unión Europea que ha perdido el 26 por ciento de su PIB desde 2008 y que desea incorporarse a la senda de la recuperación económica”, afirmó Burrow.

Observando que la extensión del préstamo era un compromiso alcanzado tras semanas de difíciles negociaciones entre Grecia y la eurozona, Burrow instó al FMI a apoyar tanto el acuerdo de prórroga como un acuerdo a largo plazo que eche abajo los obstáculos fundamentales a la recuperación del crecimiento y de puestos de trabajo en Grecia.