Más de 300 organizaciones de sociedad civil hacen un llamado por la transversalización de los derechos humanos en la agenda de desarrollo pos 2015

Al tiempo que los Gobiernos se reúnen en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York la semana del 9 de diciembre para debatir aspectos importantes de la agenda de desarrollo sostenible que reemplazará a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) a partir de 2015, más de 300 organizaciones de la sociedad civil de todas partes del mundo se han unido para exigir que los derechos humanos queden integrados en cada aspecto del nuevo marco.

La declaración conjunta “Derechos Humanos para Todos y Todas” (más abajo) fue publicada el Día Internacional de los Derechos Humanos y será presentada ante el Grupo Abierto de Trabajo (GAT) para los Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS) que celebra su sexta sesión al final de esta semana. La declaración expone 10 implicaciones prácticas y básicas que resultarían de insertar las normas de derechos humanos existentes en el núcleo de la agenda de desarrollo sostenible.

La declaración conjunta, promovida por un caucus formado por organizaciones de derechos humanos convocadas por el Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR), Amnistía Internacional y la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID), forma parte de una serie de actividades de incidencia realizadas en la ciudad de Nueva York y en todo el mundo, para asegurar que los derechos humanos no queden marginados de los aspectos operativos de la agenda de desarrollo sostenible.
Por ejemplo, el caucus realizará el viernes 13 de diciembre un evento paralelo a la sesión oficial del GAT sobre derechos humanos, el derecho al desarrollo y la gobernanza global, en la sede de las Naciones Unidas. El evento titulado “Los Derechos Humanos en el Núcleo del Desarrollo Sostenible y Justo” analizará las implicaciones concretas de anclar las cuatro dimensiones del desarrollo sostenible - social, económico, medioambiental y el "cuarto pilar" de gobernanza y rendición de cuentas - a las normas existentes de derechos humanos. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos también convocará una sesión especial el miércoles 11 de diciembre bajo el título “Más que una visión: Cómo integrar los derechos humanos en la Agenda Post 2015”.

La declaración conjunta, así como la amplia gama de actividades que se desarrollan esta semana, ponen en evidencia la trascendencia de esta movilización sin precedentes en los debates sobre los derechos humanos en el desarrollo. El Día de los Derechos Humanos este año marca también 20 años desde que la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Vienaafirmara la interconexión entre los derechos humanos y el desarrollo. Dos décadas más tarde, las propuestas sustantivas para integrar los derechos humanos en todos los ámbitos de la agenda futura sobre el desarrollo no pueden seguir siendo ignoradas en la práctica.

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DECLARACIÓN CONJUNTA
Derechos Humanos para Todas/os en el período Post-2015
10 de diciembre de 2013

Los derechos humanos han pasado al primer plano del debate sobre el nuevo marco de desarrollo que reemplazará a los Objetivos del Milenio en 2015. Como organizaciones de derechos humanos y justicia social que trabajan a nivel mundial tenemos la obligación, en esta ocasión, de delinear algunas de las implicaciones básicas que conlleva la integración de los derechos humanos en el núcleo de la agenda de desarrollo sostenible.

En esencia, un marco post-2015 anclado en los derechos humanos pasa de ser un modelo de caridad a uno de justicia, basado en la dignidad inherente de las personas como titulares de derechos humanos, con los Gobiernos nacionales como los titulares principales de las obligaciones, y todos los actores del desarrollo compartiendo responsabilidades comunes pero diferenciadas. En consecuencia, el marco posterior a 2015 debe ser diseñado como una herramienta para potenciar y permitir a las personas –individual y colectivamente– vigilar y exigir a sus Gobiernos, a otros Gobiernos, a las empresas, a las instituciones internacionales y a otros actores del desarrollo, que den cuenta de sus acciones, dentro y fuera de sus fronteras. Un marco de desarrollo sostenible fundado en los derechos humanos puede servir como un instrumento para ayudar a la gente y a los países a remover los obstáculos estructurales al desarrollo sostenible, inclusivo y justo, prevenir los conflictos y estimular la implementación y la exigibilidad de todos los derechos humanos: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, el derecho al desarrollo y al medio ambiente sano.

El marco posterior a 2015 debe entonces, por lo menos, respetar y reflejar las normas legales pre-existentes de derechos humanos, los estándares y los compromisos políticos que los Gobiernos ya han aceptado voluntariamente. Las normas internacionales de derechos humanos, ambientales y humanitarias, la Declaración del Milenio, así como los documentos relacionados de consenso internacional acordados en Río, Viena, El Cairo, Pekín, Monterrey y Copenhague, y sus acuerdos de seguimiento, deben formar su base normativa no negociable.

Si se trata de incentivar el progreso y al mismo tiempo prevenir la reincidencia y las violaciones, los principios y estándares de derechos humanos deben ir más allá de la retórica y tener esta vez un real significado operativo. Entre otras cosas, fundamentar la agenda post -2015 en los derechos humanos para las generaciones actuales y futuras implica que el marco:

1. Defiende todos los derechos humanos para todas/os. El marco debe estimular procesos y resultados en derechos humanos para todas las personas, especialmente los más vulnerables, en todos los países a nivel global, en el Norte y el Sur. Junto con los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, cualquier marco posterior debe incluir el compromiso de proteger la libertad de asociación, de expresión, de reunión y participación política, si se quiere garantizar un entorno propicio para una sociedad civil empoderada y proteger a los defensores de derechos humanos, entre ellos a los defensores de derechos humanos de las mujeres, como agentes centrales que traducen los compromisos políticos internacionales en realidades vividas.

2. Estimula la transparencia y la participación genuina en la toma de decisiones a todos los niveles, en todas las políticas, incluido el presupuesto, las políticas financieras y las políticas fiscales. El acceso a la información y la participación significativa y eficaz no sólo son derechos humanos fundamentales, sino que también serán fundamentales para el desarrollo, implementación y monitoreo de un marco eficaz y sensible posterior a 2015.

3. Integra instituciones y sistemas significativos para asegurar la responsabilidad en derechos humanos de todos los actores del desarrollo. Las aspiraciones más nobles para una agenda post-2015 seguramente fracasarán si no se integran adecuados sistemas de monitoreo y de responsabilidad en derechos humanos liderados por los ciudadanos en el ADN del marco, con compromisos claros y con plazos de todos los actores relevantes. En tanto que los estados deben seguir siendo titulares del deber primordial en el desarrollo, todos los agentes del desarrollo, incluidos terceros Estados, el sector privado y las instituciones financieras internacionales, deben responder y rendir cuentas por el logro de los objetivos globales y evitar socavarlos. La integración de criterios sustantivos de derechos humanos en las evaluaciones del progreso hacia los objetivos y compromisos de desarrollo, implica el monitoreo tanto de las políticas y los esfuerzos presupuestarios de los Gobiernos como de los resultados del desarrollo. Todo mecanismo de seguimiento posterior a 2015 debe complementar y reforzar el proceso de Examen Periódico Universal para todos los Estados. Un marco para garantizar la rendición de cuentas se beneficiaría de una interacción constructiva con el régimen de protección de los derechos humanos ya existente, así como otros mecanismos pertinentes de rendición de cuentas. En este contexto, nos pronunciamos por un marco de responsabilidad con compromisos vinculantes, respaldado por mecanismos de vigilancia y aplicación eficaces, que se acuerden a nivel global. Este marco debe reafirmar el espíritu de la Declaración de 1986 sobre el Derecho al Desarrollo y debe estar basado en tres principios fundamentales: la responsabilidad mutua (donantes y socios son igualmente responsables por el progreso del desarrollo); apropiación democrática de los países socios (alineación de los países donantes a objetivos de política fijados por los países en desarrollo, a través de procesos inclusivos y democráticos), y asociaciones inclusivas (participación de las diferentes variedades de los actores del desarrollo, del Estado y de los actores no estatales).

4. Refuerza los mecanismos nacionales, regionales e internacionales de derechos humanos. Los mecanismos nacionales de rendición de cuentas, como el poder judicial, los parlamentos, las instituciones nacionales de derechos humanos, reforzados por los mecanismos regionales e internacionales de derechos humanos, tales como los órganos de tratados y el mecanismo de Examen Periódico Universal, pueden garantizar el cumplimiento de los compromisos post- 2015. La agenda de desarrollo post-2015 está bien posicionada para alentar a los Gobiernos a mejorar el acceso a la justicia para las personas que viven actualmente en la pobreza mediante la supervisión de las medidas para erradicar las barreras existentes.

5. Asegura que el sector privado, por lo menos, no perjudique. El marco para después de 2015 debe reflejar el consenso internacional actual de que los Gobiernos tienen el deber de proteger los derechos humanos a través de la supervisión y regulación de los actores privados, especialmente de las empresas y los agentes financieros privados, para garantizar en la práctica que se respeten los derechos humanos y el medio ambiente, incluso en sus actividades transfronterizas. Por lo menos, ningún Gobierno debería permitir que su territorio sea utilizado para actividades ilegales o criminales en otros lugares, tales como la evasión de impuestos, el depósito de activos obtenidos mediante la corrupción, los delitos ambientales o la participación en violaciones de derechos humanos, sin importar el autor.

6. Elimina todas las formas de discriminación y disminuye las desigualdades, incluidas las desigualdades socioeconómicas. Los derechos humanos sólo pueden realizarse dentro de los límites socio-económicos y ambientales si también reducimos las desigualdades de riqueza, poder y recursos. Los Gobiernos tienen la obligación especial bajo las normas de derechos humanos de proteger los derechos de los marginados y excluidos, y de adoptar medidas adicionales para garantizar que gocen de sus derechos en igualdad de condiciones con los demás. Proteger el trabajo decente y la disminución de las disparidades salariales injustas también es fundamental para la reducción de la desigualdad socio-económica, como lo es la reforma fiscal y tributaria y la promoción de alternativas de derechos humanos a la austeridad a nivel nacional y mundial para liberar los recursos necesarios para financiar el cumplimiento de los derechos humanos. La obtención a tiempo y el desglose de los datos sobre la base de diversos criterios de discriminación compleja es esencial para identificar, hacer visible y responder a las desigualdades y a las violaciones de los derechos humanos y reforzar la rendición de cuentas. A nivel nacional, los datos deben ser recopilados y desglosados en función de factores relevantes para cada país, definidos por los titulares de derechos.

7. Apoya los derechos de las mujeres de manera integral y específica. Abordar la violencia de género, garantizar los derechos sexuales y reproductivos, garantizar los derechos de la mujer a la tierra, la propiedad y los recursos productivos y su independencia económica, el reconocimiento de la economía del cuidado y la garantía de los derechos de las mujeres a la protección social y la distribución equitativa del trabajo remunerado y no remunerado, y sus derechos a la participación en la toma de decisiones, son fundamentales no sólo para realizar los derechos humanos de la mujer y lograr la igualdad de género, sino para facilitar la participación plena y activa de las mujeres en la vida económica, política y social.

8. Permite a los grupos actualmente desfavorecidos y comúnmente discriminados y excluidos, ser agentes eficaces de su propio desarrollo haciendo uso de las disposiciones de las normas de derechos humanos para eliminar la discriminación por motivos tales como la raza, la discapacidad, condición de migrante o indígena, edad, orientación sexual, identidad de género, etc.

9. Defiende la obligación legal de cumplir con los niveles mínimos esenciales de derechos económicos, sociales y culturales, sin retroceso. Ello implica un enfoque de metas universales o metas “cero” tales como la prestación de pisos de protección social integrales, la cobertura universal de salud, garantías mínimas de seguridad alimentaria, y otros pisos por debajo de los cuales ninguna persona debe descender en ninguna parte del mundo.

10. Aborda los factores estructurales de la desigualdad, la pobreza y la devastación ecológica a nivel mundial. Una alianza global genuina y equilibrada permitiría entonces a las personas e instituciones supervisar las responsabilidades comunes pero diferenciadas de todos los actores para eliminar, en lugar de perpetuar, estos obstáculos globales. Para ser socios de buena fe, entonces, los Gobiernos, las empresas y las instituciones internacionales deben evaluar el impacto de sus políticas y acuerdos (en áreas como la responsabilidad empresarial, medio ambiente, comercio, inversión, ayuda, políticas fiscales, de migración, de propiedad intelectual, la deuda, el comercio de armas y la cooperación militar, las políticas monetarias, la regulación financiera) sobre los derechos humanos más allá de sus fronteras. Las normas existentes de derechos humanos pueden proporcionar un conjunto común de normas y un criterio útil para evaluar la coherencia de las políticas para el desarrollo sostenible.

En un momento de gran incertidumbre, múltiples crisis y creciente inseguridad y conflictos, no podemos fundamentar el marco de desarrollo sostenible del Siglo XXI sobre derechos restringidos y promesas incumplidas, sino más bien en una reafirmación audaz de los derechos humanos para todas y todos.

La CSI firmó esta declaración, pueden ver la lista completa de los signatarios en el sitio web del Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR),