Ante esta situación, los miembros del sindicato de trabajadores ferroviarios, el Korean Railway Workers Union (KRWU) votaron abrumadoramente a favor de la huelga. Esta huelga está programada para dar comienzo el próximo 9 de diciembre de 2013.
La última vez que el KRWU hizo huelga, en 2009, el Gobierno la declaró ilegal a pesar de que el sindicado había cumplido escrupulosamente los requisitos estipulados por la ley, que en Corea limita sustancialmente el derecho de huelga en el sector del transporte. La reacción del Gobierno consistió en despedir a los trabajadores, encarcelar a los dirigentes sindicales y demandar al sindicato por millones de dólares. Incluso envió tropas para reemplazar a los trabajadores durante la huelga. El Comité de Libertad Sindical de la OIT denunció enérgicamente la actuación del Gobierno en 2012, pero más de un año después, las autoridades no han hecho nada para cumplir las recomendaciones de la OIT.
La CSI, conjuntamente con la ITF, emitió un comunicado instando al Gobierno y a Korail a negociar con el sindicato y manifestó su preocupación ante la posibilidad de que el Gobierno y Korail recurran a tácticas similares a las utilizadas en 2009. La CSI hizo en particular un llamamiento a las autoridades para que se abstengan de recurrir a los cargos penales de “obstrucción a la actividad” contra los trabajadores que ejerzan su legítimo derecho a la huelga. La CSI también ha instado al Gobierno a garantizar la conformidad de su legislación laboral con el derecho internacional en lo que se refiere a las disposiciones relativas al derecho de huelga.
