Hong Kong: Transcurridos diez años todavía no se vislumbran mejoras

Mientras centenares de miles de afiliados sindicales y otros ciudadanos de Hong Kong se preparan para una manifestación pública a realizarse el próximo domingo 1 de julio, (...)

Bruselas, 29 de junio de 2007: Mientras centenares de miles de afiliados sindicales y otros ciudadanos de Hong Kong se preparan para una manifestación pública a realizarse el próximo domingo 1 de julio, como protesta por la falta de democracia y de derechos sindicales, diez años después de que la que fuera colonia británica fuera retrocedida a China, el Sr. Hu Jintao, Presidente del país, pasará la noche en Hong Kong, probablemente reflexionando sobre si su gobierno mantendrá o no la promesa de “un país - dos sistemas” que hiciera en 1997 al negociar la retrocesión del territorio a mandato chino.

Hong Kong es una tierra de grandes contrastes, en ella viven algunas de las familias más ricas del mundo y están los más grandes monopolios. Pero Hong Kong también es un lugar donde los pobres son paupérrimos y tienen muy poco acceso a bienestar social o protección. En los últimos diez años, poco es lo que ha cambiado para los trabajadores y trabajadoras, a los cuales se les sigue denegando participación en las riquezas de la economía de Hong Kong. El gobierno central y sus aliados de los círculos empresariales continúan socavando el poder de negociación de los trabajadores y de los sindicatos al negarse a promulgar legislación laboral e instaurar una democracia.

Las semanas laborales de 60 horas o más no son inusuales y cifras recientes de 2007 muestran que durante la última década la desigualdad ha aumentado considerablemente. La cantidad de trabajadores y trabajadoras pobres que ganan la mitad o menos que el salario medio ha aumentado de 300.000 en 1997 a alrededor de 500.000 en 2007, mientras que la cantidad de personas que hacen más de 55 horas de trabajo semanales pasó de 510.000 a 830.000 en ese mismo período.

Alrededor de 200.000 trabajadores domésticos inmigrantes en Hong Kong contribuyen con el 1 por ciento del PBI pero se cometen muchísimas violaciones de sus derechos y de sus contratos. Las mujeres son las principales víctimas de la precarización del trabajo y constituyen la mayoría de los trabajadores pobres: aproximadamente una de cada siete mujeres que trabajan están por debajo del umbral de pobreza. Los inmigrantes de los países vecinos y de China continental siguen constituyendo una subclase estigmatizada y en Hong Kong se discrimina a las minorías étnicas en lo referente a acceso a los puestos de trabajo y a los ascensos.

Si bien en Hong Kong se autoriza la existencia de sindicatos independientes y democráticos –cosa que no sucede en China continental- y que el derecho de huelga está estipulado en la legislación, diversas lagunas tanto de la ley como de la práctica impiden el ejercicio de esos derechos. El hostigamiento y la discriminación de que hacen objeto los empleadores a los afiliados sindicales son otros de los obstáculos para que los trabajadores procuren tener una efectiva representación.

Actualmente, el aniversario de la retrocesión del territorio ha pasado a ser sinónimo de manifestaciones masivas de protesta por la falta de progresos hacia la democracia. En la primera marcha por la democracia y contra los proyectos de ley sobre subversión -llevada a cabo en Hong Kong el 1 de julio de 2003- hubo más de medio millón de personas, casi uno de cada diez habitantes. Este año, una vez más, muchos miles de personas saldrán a la calle en Hong Kong.

Para ver la entrevista de En primer plano a Lee Cheuk yan, Secretario General de la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKCTU), favor de hacer clic aquí

Para ver el informe “Hong Kong: Ten years on and no improvement in sight”, favor de hacer clic aquí


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