Se advierte a los inspectores de la Troika sobre los riesgos sociales si su revisión no considera lo que están costando las medidas de austeridad a la población griega

La Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación General Griega del Trabajo (GSEE) se reunieron con el Ministro de Trabajo griego, Ioannis Vroutsis, para hacerle llegar una clara advertencia de los trabajadores y trabajadoras: que las políticas económicas ortodoxas promovidas por la Troika – FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea – no están favoreciendo ni al pueblo griego ni a su economía.

Durante su visita a Atenas esta semana, Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, indicó que la Troika debe replantearse el asesoramiento económico que está dando al Gobierno griego y considerar el impacto que tienen sus políticas sobre la población.

“La Troika debería empezar a examinar los ingresos de los trabajadores y de los desempleados. Cuando más del 20% de la población activa está desempleadas, el 50% de los jóvenes no dispone de un empleo y un sustento seguros, y el salario mínimo ha sido recortado en un 32%, la población sencillamente no dispone de medios para sobrevivir”, afirmó Sharan Burrow.

Para instituciones como el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, las cifras relativas a la estabilidad fiscal han sido las únicas mediciones económicas para orientar sus políticas.

“Estas instituciones han perdido totalmente el sentido común. No se puede seguir inyectando dinero en los mercados de valores y en los bancos, pero tener países donde la población no puede comer, alimentar a sus hijos o pagar sus facturas. Este es un modelo económico que no fomenta la creación de empleo, ni protege los medios de subsistencia ni aporta la protección social que la gente necesita para estabilizar la economía” declaró Sharan Burrow.

La Encuesta Global 2012 de la CSI, efectuada por la empresa de estudios de mercado TNS sobre una muestra de la población griega, debería constituir una llamada de atención al Gobierno griego y respecto a la gobernanza económica mundial.

La encuesta reveló que:
- 91% de la población piensa que Grecia va por mal camino.
- 77% piensa que las futuras generaciones estarán aún peor.
- 90% no consigue ahorrar.

“Una economía no puede sostenerse ni crecer cuando apenas el 3% de la población considera que sus ingresos se han incrementado por encima del costo de la vida. O cuando el 91% piensa que sus puestos de trabajo no son seguros.

”La Troika y el Gobierno griego no pueden continuar propugnando una política que suprima el salario mínimo – ni pueden seguir promoviendo la destrucción de la negociación colectiva, si quieren que Grecia tenga la más mínima esperanza de recuperación”, continúa Sharan Burrow.
Los sindicatos griegos quieren que se re-negocie y restaure el salario mínimo, que ha sido recortado en un 32% para los trabajadores/as menores de 25 años y en un 22% para todos los demás trabajadores.

La principal prioridad para la GSEE es restaurar el salario mínimo a los niveles previos, reinstaurar el convenio colectivo general a escala nacional y mantener las políticas sociales que aportaba el ahora abolido ‘Fondo Social de los Trabajadores’, que estaba financiado exclusivamente por las contribuciones de patronal y trabajadores.
“Firmamos junto con la patronal el convenio colectivo general a escala nacional. Pero este convenio ha sido contestado y eliminado respondiendo a una demanda explícita de la Troika y aceptada por el Gobierno”, indica Yannis Panagopolous, Presidente de la GSEE.

“En toda Grecia estamos viendo que la gente empieza a perder la esperanza. Cuando una nación pierde las esperanzas, su fe en las instituciones democráticas y laborales se rompe, desatándose el descontento social como última alternativa”, comentó Sharan Burrow.

Como parte del Panel de la Encuesta Global de la CSI que tuvo lugar hoy en Atenas, trabajadores y trabajadoras aportaron su testimonio, corroborando que no pueden sobrevivir con su salario y que temen perder sus puestos de trabajo, máxime teniendo en cuenta que en muchas familias sólo una persona aporta ingresos.

“Hombres y mujeres nos han dicho que no pueden plantearse tener hijos por miedo a no poder mantenerlos. Las medidas de austeridad están destruyendo la estructura básica de la nación.

”Las personas quedan descartadas, puesto que los intereses de los bancos y los mercados se sitúan por encima de los de las familias”, afirmó Sharan Burrow.

El informe sobre los ‘Nuevos frentes’ de la CSI, un análisis económico sobre la crisis financiera mundial en siete países, incluyendo a Grecia, basándose en testimonios recogidos en el panel de la encuesta global y entrevistas con trabajadores y trabajadoras, será presentado al FMI durante la reunión anual en octubre, para mostrar el impacto que están teniendo las políticas de austeridad sobre las familias trabajadoras.