Varios gobiernos de países vecinos ya han manifestado su negativa a reconocer a Franco como presidente, quien fue impuesto en una votación apresurada e inconstitucional por parte de un Parlamento que estaba de su lado.
"Estamos profundamente preocupados por este abuso de autoridad, lo que debilita gravemente la democracia y socava la estabilidad, la justicia social y la paz en Paraguay. Los sindicatos de todo el mundo están presionando a sus gobiernos para que se nieguen a reconocer al régimen, y para que den a conocer su opinión a las embajadas de Paraguay", afirmó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.
La CSI y su organización regional para las Américas, la CSA, se han comprometido a prestar su plena solidaridad y apoyo a los trabajadores y trabajadoras de Paraguay y a sus organizaciones afiliadas CNT y CUT-A. "Los derechos fundamentales están siendo pisoteados en Paraguay, y la comunidad internacional no debe aceptar este golpe de estado", declaró Sharan Burrow.