Primer plano de Myrtle Witbooi (SADSAWU- Sudáfrica)

“Los empleadores de las trabajadoras del hogar ya no se niegan a dialogar”

El sindicato sudafricano SADSAWU (1) es uno de los movimientos de defensa de las trabajadoras del hogar más antiguos de África. Ha conseguido determinados adelantos incluso antes de que la OIT aprobara el pasado mes de junio el Convenio internacional sobre el trabajo del hogar (2). Myrtle Witbooi, fundadora y Secretaria General del sindicato y Presidenta de la Red Internacional de los trabajadores/as domésticos do, hace balance de sus 30 años de activismo sindical y de los retos vinculados a este nuevo Convenio.

¿Qué cambios va a suponer el Convenio de la OIT sobre el trabajo del hogar para las trabajadoras del sector doméstico de Sudáfrica?

En estos momentos disponemos de una buena legislación, pero siempre se pueden aportar mejoras, y este Convenio puede contribuir a ello. También va a implicar una mayor presión en el Gobierno para que mejore la aplicación de las leyes, incrementando por ejemplo el número de inspectores de trabajo. El Gobierno sudafricano ha posibilitado desde 2010 el acceso a la inspección del trabajo para las trabajadoras del hogar, que disponen de un número de teléfono al cual pueden llamar en caso de problema, pero la escasez de inspectores hace que apenas tengan posibilidad de conseguir ayuda por ese lado. Como en todos los países, la inspección del trabajo se ve confrontada a problemas financieros.

El acceso a la inspección del trabajo es un adelanto obtenido mediante el nuevo Convenio internacional de la OIT. ¿Cómo lo consiguieron ustedes en Sudáfrica a partir de 2010?

El Gobierno sudafricano tenía costumbre de tomar todas las decisiones en lo referente a las trabajadoras del hogar, pero hace ya un año aceptó implicar a los interlocutores sociales. Nosotros propusimos la creación de un foro de trabajadoras del hogar, en colaboración con el Ministerio de Trabajo, que se reúne con regularidad para hacer balance de su situación, y que puede ser utilizado como portavoz de las trabajadoras del hogar ante el Gobierno. Cuando el Ministerio nos preguntó por nuestras reivindicaciones principales, mencionamos el acceso a la inspección del trabajo. El foro y los preparativos de la adopción del Convenio internacional obligaron a las autoridades a avanzar en ese sentido, a permitir que los inspectores del trabajo intervinieran en el ámbito del trabajo del hogar.

¿Los inspectores del trabajo sudafricanos pueden acceder a los domicilios privados?

No, para entrar en un domicilio todavía tienen que solicitar la autorización del empleador. Pero los empleadores no suelen negarse a ello, ni a que las autoridades hablen con las trabajadoras. En comparación con años atrás, los empleadores ya no se niegan por lo general a dialogar, ni siquiera con los sindicatos – entienden que queremos desarrollar unas relaciones, no destruirlos. Aún pueden darse casos de reticencias aquí y allá, pero yo no me he encontrado nunca con ningún caso en que el empleador denegara el acceso al lugar de trabajo de su empleada del hogar.

¿Cuántos miembros están afiliados al SADSAWU?

Cerca de 30.000. A lo largo de los años hemos ayudado a más de 80.000 trabajadoras del hogar, sin embargo no todas se han hecho miembros. Vienen a vernos cuando tienen problemas y después no vuelven, aunque al día siguiente se presentan otras. Jamás le decimos a una trabajadora que para poder recibir nuestra ayuda se tiene que afiliar al sindicato. Sabemos que se trata de una mano de obra difícil de sindicalizar, porque en lo que estas trabajadoras piensan ante todo es en sobrevivir. Muchos sindicatos sudafricanos han detenido sus actividades, pero la determinación de los dirigentes mantiene al SADSAWU por buen camino, y el apoyo que obtenemos del sindicato holandés FNV nos da fuerza y nos va a permitir conseguir más miembros.

También sensibilizamos a la confederación sindical a la que estamos afiliados, COSATU (Congress of South African Trade Unions), ya que muchos de los sindicalistas emplean a una trabajadora del hogar. Si cada miembro de COSATU decidiera afiliar a su trabajadora del hogar a nuestro sindicato, podríamos convertirnos en uno de los sindicatos más fuertes.

Muchos sindicatos se ven confrontados a la dificultad de establecer contacto con las trabajadoras del hogar, puesto que su lugar de trabajo es un domicilio privado. ¿Cómo proceden ustedes?

Todos los meses publicamos folletos sobre nuestras actividades, sobre la actualidad vinculada al trabajo del hogar. Nuestras activistas los distribuyen en los entornos donde se mueven las trabajadoras del hogar: las iglesias, los parques donde llevan a los hijos de sus empleadores, los transportes públicos, etc. Nuestro número de teléfono aparece publicado en estos folletos, y como las trabajadoras del hogar tienen teléfono móvil, pueden contactarnos enviándonos, por ejemplo, un mensaje de texto y nosotros les devolvemos la llamada. También vamos de casa en casa para entregar los folletos a las trabajadoras. Es importante llamar a la puerta de las casas, porque si dejamos el folleto en el buzón, cabe la posibilidad de que el empleador lo esconda. Nuestras activistas son trabajadoras del hogar que utilizan su día libre para ayudarnos.

¿Cuáles son las principales acciones que llevan a cabo a favor de las trabajadoras del hogar?

Llevamos dos años muy activos en la lucha por el Convenio de la OIT sobre el trabajo doméstico. También llevamos a cabo muchas actividades para informar a las trabajadoras del hogar de sus derechos, organizamos con regularidad formaciones sobre el SIDA, sobre cuestiones de violencia, etc. En lo concerniente al SIDA, por ejemplo, las trabajadoras no conocen sus derechos ni la legislación. Se dan casos en que son despedidas de manera improcedente, por ejemplo porque el empleador considera que tosen mucho. COSATU dispone de una oficina donde pueden acudir para obtener todo tipo de asesoramiento.

Algunas no comprenden que cuando un empleador grita o insulta, se trata de un tipo de violencia, de intimidación. Intentamos también sensibilizarlas sobre los límites relativos al acoso sexual. A veces, cuando un empleador les acaricia el brazo haciéndoles cumplidos halagadores sobre su aspecto físico, no se dan cuenta de que eso no es normal. Y la sensibilización va más allá de la esfera del trabajo, puesto que algunas son golpeadas por sus maridos y lo consideran normal.

A las trabajadoras del hogar siempre se las han mantenido apartadas. Nosotros queremos poner de relieve sus cualidades. En la medida de lo posible, cuando una trabajadora se hace miembro, no queremos que se limite a pagar una cotización, les hablamos de todas las actividades posibles. Colaboramos igualmente con otras organizaciones para que nuestros miembros tengan más posibilidades de desarrollarse y realizarse.

Hay quien afirma que la aplicación del salario mínimo para las trabajadoras del hogar, tal y como lo prevé el nuevo Convenio de la OIT, no es realista porque la mayoría de los empleadores no lo pagarán. ¿Que piensa usted de esto?

Es necesario aplicar el salario mínimo. Si una empleada del hogar lleva mucho tiempo trabajando y recibiendo un sueldo por debajo del salario mínimo, entonces establecemos un pacto con el empleador: o bien le reembolsa cada mes una parte de los atrasos que le debe, o bien le denunciamos. Si el empleador no tiene los medios para pagar el salario mínimo a la empleada, entonces tiene que reducirle el número de horas de trabajo. Un empleador no puede tener una trabajadora a la que no pueda pagar, en cuyo caso tiene que permitirle ganar un salario decente en otro sitio. Pero nadie va a perder su empleo, contrariamente a lo que determinados movimientos de opinión quieren hacernos creer: en estos momentos, cuando una trabajadora del hogar pierde su empleo no es a causa del salario mínimo sino más bien a causa de las dificultades económicas, de los cierres de empresas. Y tampoco pierde completamente su empleo: en lugar de estar empleada cinco días por semana quizás trabaje sólo tres días.

Los que no pueden permitirse pagar un salario mínimo a una trabajadora del hogar son a menudo los que más necesidad tienen de una ayuda exterior, puesto que trabajan fuera de casa y les hace falta una persona que pueda ocuparse de sus hijos. Pero no ganan lo suficiente como para pagar el salario mínimo de esta persona. Nosotros aconsejamos a estos trabajadores que establezcan una serie de acuerdos con su empleada del hogar, como por ejemplo rebajarle las horas de trabajo en vez de exigirle que esté a su disposición en todo momento, incluso por la noche y el fin de semana.

¿Qué le aporta su compromiso sindical en el plano personal?

¡Muchas satisfacciones! Cuando yo misma trabajaba en el sector doméstico, en los años 1960-70, no teníamos ningún derecho, ninguna voz. A la que hablaba la despedían. En aquella época, con el apartheid, las autoridades podían abrir nuestra puerta, adueñarse de nuestros hijos... podía pasar de todo. El trabajo del hogar estaba regulado por la “Master and Servant Act”, que implicaba que lo que el señor de la casa dijera tenía la fuerza de la ley, es decir que la trabajadora no tenía nada que decir al respecto. Según fueron pasando los años, los sindicatos presionaron al Gobierno, y poco a poco conseguimos que se respetaran nuestros derechos. Pero eso sólo cambió con la llegada de un Gobierno democrático. Ahora sí que podemos expresarnos, ya no tenemos que temer a los empleadores. Las trabajadoras del hogar tienen un poco más de libertad, y el nuevo Convenio de la OIT puede ayudarnos a conseguir más libertad todavía... a condición de conseguir la ratificación y de que las trabajadoras del hogar lo utilicen. Un buen convenio o una buena legislación laboral no basta para transformar la vida de las trabajadoras del hogar – primero hace falta que estén informadas al respecto. Tenemos mucho trabajo por hacer en este sentido, pero dar a conocer las normas a los trabajadores es también responsabilidad del Ministerio de Trabajo.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau

(1) South African Domestic Service and Allied Workers Union

(2) Véase el texto del Convenio No. 189 sobre las trabajadoras y trabajadores del hogar

- Leer también la entrevista de Marieke Koning (Igualdad- CSI): “Victoria histórica para las trabajadoras del hogar”

La CSI, tras la histórica aprobación del Convenio núm. 189 de la OIT relativo a los trabajadores y trabajadoras del hogar en la Conferencia de la OIT en junio de 2011, inició la campaña “12 para 12” con el objetivo de obtener 12 ratificaciones para el año 2012 de este Convenio núm. 189. La campaña ha sido organizada en colaboración con IDWN, UITA, ISP, CES, Human Rights Watch, Solidar, Migrant Forum Asia y Solidaridad Mundial. Visite nuestra página web dedicada a la campaña “12 para 12” y encuéntrenos en Facebook “12 >12”