Filipinas: los sindicatos se enfrentan a un clima de violencia e intimidación

La CSI publica hoy un informe sobre las normas fundamentales del trabajo en Filipinas en el cual se revela la existencia de un clima de violencia e intimidación contra los sindicatos – que incluye intimidaciones, acosos, despidos, acusaciones penales falsas, arrestos, amenazas e incluso asesinatos – así como el uso de numerosas prácticas antisindicales por parte de los empleadores y las autoridades estatales, como por ejemplo el establecimiento de sindicatos amarillos y la negativa a la regularización de los trabajadores.

El reemplazo de los contratos laborales a largo plazo por mano de obra subcontratada restringe la afiliación sindical y el poder de negociación. En las Zonas Económicas Especiales (ZEE) las fuerzas de seguridad impiden la sindicalización, y los trabajadores que quieren organizarse se arriesgan a ser despedidos y a que sus nombres sean incluidos en listas negras.

El informe de la CSI, que coincide con la Revisión de la Política Comercial de Filipinas que lleva a cabo la OMC, señala también un escaso cumplimiento de otras normas internacionales del trabajo, sobre todo las que prohíben el trabajo infantil y el trabajo forzoso. Las cifras oscilan entre dos y cinco millones de niños que trabajan, y muchos niños están explotados en las peores formas de trabajo infantil. Por otra parte, muchas mujeres y niñas son obligadas a convertirse en sirvientas del hogar y a prostituirse, y muchos hombres son coaccionados a entrar en el peonaje por deudas en la agricultura y la pesca. El Gobierno está haciendo ciertos esfuerzos por eliminar el trabajo infantil, la trata de personas y el trabajo forzoso, pero determinadas fuerzas policiales son cómplices de estas actividades ilegales.

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