Singapur debe proteger mejor a los trabajadores extranjeros, especialmente los trabajadores del hogar

La CSI publica hoy un informe preparado con ocasión del examen por parte de la Organización Mundial del Comercio de la política comercial de Singapur, donde se revela que en dicho país existen ciertas restricciones al derecho de sindicalización y se aplica un sistema de migración que hace que los trabajadores extranjeros queden a la merced de múltiples abusos por parte de los empleadores.

Aunque el derecho de sindicalización y negociación colectiva están previstos por la ley y se ejercen en la práctica, quedan sujetos a determinadas restricciones, especialmente para los trabajadores/as migrantes. Por ejemplo, una ley prohíbe que cualquier persona que “no sea ciudadano de Singapur” pueda acceder a un cargo directivo nacional o seccional o trabajar a tiempo completo en un sindicato, a menos que obtenga previamente la aprobación por escrito del Ministro de Empleo.

La ley estipula que el permiso de residencia de los trabajadores extranjeros está ligado a su contrato de empleo. Para los 200.000 trabajadores y trabajadoras del hogar que hay en Singapur, esto implica que si un empleador cancela su contrato de empleo, el trabajador o trabajadora podría ser deportado. Algunos empleadores amenazan a sus trabajadores del hogar con denunciar su contrato de empleo para obligarlos a realizar largas jornadas laborales, restringir sus movimientos o imponerles otras condiciones de trabajo ilegales. Aunque el Gobierno castiga a los empleadores y contratistas que abusan de los derechos laborales de los trabajadores/as extranjeros, especialmente los empleados en el servicio doméstico, en 2010 se tuvo noticia de alrededor de 4.000 trabajadoras del hogar que escaparon de sus empleadores. Muchos trabajadores/as extranjeros acceden a la fuerza laboral fuertemente endeudados y se ven obligados a aceptar empleos distintos a los que les ofrecieron al abandonar su país.

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