Sindicatos y organizaciones de derechos humanos colombianas se reúnen en Bogotá para presentar las acciones desarrolladas contra la impunidad

Desde la década de 1950, defender los derechos laborales en Colombia a través de una organización sindical es una actividad de alto riesgo. Y aún peor: la mayoría de crímenes y otros atentados contra la integridad física y moral perpetrados contra sindicatos, sindicalistas y sus familias no ha sido documentada y, por lo tanto, no se ha juzgado y ha quedado sin castigo. Los sindicatos colombianos trabajan en un clima de violencia y desprestigio de su actividad, que conlleva un graves déficits de trabajo decente.

La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento de Colombia (CODHES), organización del ámbito social, e ISOCD- Colombia impulsan desde 2010 el proyecto “Garantizar el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación”, cuya finalidad es contribuir, desde la fuerza moral de la víctimas de la violencia contra los sindicatos, al reconocimiento social y político del movimiento sindical como parte fundamental del sistema democrático y a incentivar al Estado para que garantice el pleno ejercicio de la libertad sindical de la reparación colectiva.

El acto del pasado día 14 de febrero se inscribe en la difusión de los resultados obtenidos por el mismo. Contó con la presencia de diversos representantes de organizaciones sociales, autoridades públicas locales y de cooperación, responsables sindicales y representantes de la Universidad. La delegación de UGT estuvo encabezada por su Secretario de Política Internacional, Manuel Bonmatí.

La violencia sindical en Colombia

Desde 1984, según la Escuela Nacional Sindical (ENS), 2878 sindicalistas, hombres y mujeres, han sido asesinados por defender los derechos laborales, la libertad sindical y el derecho de asociación en Colombia.

Sólo en 2010, tal y como publica el Informe sobre Violación de los Derechos Sindicales 2011 de la CSI (1), se registraron 443 atentados contra la vida, la libertad y la integridad de sindicalistas o sus familias. Casi medio centenar perdieron la vida, cifra que la ENS eleva hasta 52.
Los sindicalistas sufren, desde mediados del siglo pasado, amenazas, desplazamientos forzados, hostigamientos, secuestros, o detenciones arbitrarias.

La falta de voluntad política para asignar los recursos necesarios al sistema judicial, unida a la politización de la justicia, que lleva a que determinados crímenes no se persigan, y la elevada cantidad de delitos, dan como resultado un sistema judicial colapsado, en el que los organismos de investigación no cuentan con los medios para aclarar los delitos. De este modo, según diversos informes, a pesar de los grandes esfuerzos realizados, la impunidad sería superior al 96% (2).

Los efectos de estos niveles de violencia se reflejan en la disminución dramática del número de trabajadores sindicalizados y del número de sindicatos activos.

Notas

(1) “Informe anual sobre las violaciones de los derechos laborales en 2011”. Confederación Sindical Internacional (CSI)

(2) Informe “En relación a los casos de violación de los derechos humanos de los sindicalistas”, elaborado por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (FESCOL).

Área de Comunicación de ISCOD. Gabinete Técnico. Madrid, 20 de febrero de 2012