“Los trabajadores y trabajadoras, que tuvieron ya que contribuir para rescatar los bancos, ahora vuelven a pagar por la crisis a causa de los recortes o la eliminación de servicios y beneficios esenciales en el sector público. Las empresas, contando con el apoyo de algunos Gobiernos, han lanzado también un ataque implacable contra los salarios y la seguridad laboral”, comentó la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Con el mayor índice de desempleo jamás registrado y cerca de 205 millones de personas sin un puesto de trabajo, resulta más importante que nunca que se apoyen soluciones sostenibles incluyendo la protección social. En base a las actuales estimaciones, otros 45 millones de jóvenes se sumarán a las filas de los desempleados en la próxima década. Si los Gobiernos no toman medidas para transformar las políticas económicas de manera que se generen empleos decentes y sostenibles, las consecuencias sociales y económicas serían catastróficas.
Por empleo precario se entiende cualquier forma de trabajo caracterizada por contratos de empleo atípicos, ausencia de beneficios sociales o prestaciones limitadas, un elevado nivel de inseguridad en el empleo, reducido nivel de permanencia en un puesto de trabajo, bajos salarios y un alto riesgo de lesiones y enfermedades laborales. Los jóvenes y las mujeres están representados de manera desproporcionada entre aquellos que sólo tienen acceso a formas de empleo inciertas e imprevisibles de este tipo.
El sitio web de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente 2011 está ya en línea, y la CSI exhorta a todos aquellos que tengan previsto participar en esta jornada a registrar sus acciones en: www.wddw.org