Ronda ministerial de la OMC: Grave impacto en puestos de trabajo para países en desarrollo

Al tiempo que se intensifican las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un intento por conseguir un acuerdo que concluya los siete años de negociaciones en la Ronda de Doha, la CSI ha criticado la presión que se está ejerciendo sobre los países en desarrollo para adquirir compromisos desproporcionados, en particular en las negociaciones del “AMNA” (Acceso a los Mercados para los productos No Agrícolas) en materia de productos manufacturados.

Bruselas, 25 de julio de 2008: Al tiempo que se intensifican las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en un intento por conseguir un acuerdo que concluya los siete años de negociaciones en la Ronda de Doha, la CSI ha criticado la presión que se está ejerciendo sobre los países en desarrollo para adquirir compromisos desproporcionados, en particular en las negociaciones del “AMNA” (Acceso a los Mercados para los productos No Agrícolas) en materia de productos manufacturados.

“En momentos en que gobiernos de todo el mundo se están comprometiendo con el trabajo decente, nuestras afiliadas en países en desarrollo advierten de que millones de sus miembros se arriesgan a perder sus puestos de trabajo, lo que acarrearía graves consecuencias para sus familias y para el futuro económico de sus países. Los países en desarrollo están siendo presionados para ceder potencial industrial, en rotundo contraste con las protecciones que se mantendrían para la agricultura de los países desarrollados”, declaró el Secretario General de la CSI, Guy Ryder.

Sindicalistas del grupo “AMNA 11” de países en desarrollo que se arriesgan a verse especialmente afectados por las negociaciones (el grupo incluye actualmente Argentina, Brasil, Egipto, India, Indonesia, Namibia, Túnez, Filipinas y Sudáfrica) junto con sindicalistas de otros países en desarrollo, se encuentran esta semana en Ginebra para presionar contra un acuerdo que pone en peligro los puestos de trabajo de sus miembros y el desarrollo de sus países.

“Si firmamos este acuerdo, Argentina podría llegar a perder 200.000 puestos de trabajo”, advirtió Rubén Cortina de CGT-Argentina. El representante del instituto sindical Observatorio Social, de Brasil, Felipe Saboya, declaró que “la última vez que en Brasil se llevaron a cabo reducciones significativas en los aranceles, perdimos 1,3 millones de puestos de trabajo. Desde entonces, hemos empezado a recuperarnos, pero todas las ganancias de los últimos años podrían verse seriamente amenazadas.”

La CSI está particularmente alarmada por la nueva cláusula anticoncentración propuesta, que restringiría todavía más la manera en que los países en desarrollo pueden utilizar sus “flexibilidades” para excluir determinados sectores industriales sensibles, las cuales ya eran inadecuadas. Una mayor restricción podría generar serias dificultades en la capacidad de los países en desarrollo para proteger sus industrias, su empleo y el espacio de políticas para un futuro desarrollo industrial, algo que está en completa contradicción con las aspiraciones de una “ronda de desarrollo”. Además añadiría presión por la competencia basada en salarios bajos entre países en desarrollo, con impactos negativos en las normas fundamentales del trabajo y medioambientales.

Las proyecciones de la CSI muestran la probabilidad de que el máximo impacto de las actuales propuestas se produzca en el sector textil, además de afectar a un amplio abanico de empleos en manufactura. En Sudáfrica, 650.000 empleados trabajan en sectores que se enfrentan a reducciones arancelarias, 500.000 en India y otros tantos en Indonesia.

En base a los coeficientes que se están proponiendo, los índices arancelarios aplicados en Sudáfrica se reducirían entre un 30% y un 60%, perjudicando a los trabajadores de sectores como el textil y de la confección, del cuero, el calzado, el plástico, el caucho, la madera, el automóvil, los productos químicos, la maquinaria, mobiliario y de los metales. “Si nuestros países aceptan lo que hay sobre la mesa, se producirá una grave crisis de empleo”, advirtió Rudi Dicks de COSATU. “La presión que se está ejerciendo en el gobierno de Sudáfrica la tendrán que terminar sufriendo nuestros trabajadores/as y miembros.”
En Argentina y Brasil el cuadro es el mismo, y los coeficientes propuestos llevarían a reducciones arancelarias reales de entre un 20% y un 50%. Los sectores de los metales, mobiliario, del automóvil, textil, de la confección, el cuero y el calzado se verían especialmente afectados, con posibilidades de perder más de 1,2 millones de puestos de trabajos formales en Brasil y más de 150.000 en Argentina.

En Indonesia, Filipinas e India, los sectores de la confección, el automóvil y los equipos de transporte serían los principales en sufrir las reducciones arancelarias, con más de medio millón de puestos de trabajo formales en juego en India e Indonesia y unos 400.000 en Filipinas. Aunque los sectores directamente afectados sean menos, las elevadas reducciones de aranceles consolidados serían una camisa de fuerza para el futuro desarrollo industrial de estos países, y la cláusula anticoncentración que está sobre la mesa no les permitiría proteger los puestos de trabajo de los sectores afectados.

Otro país del AMNA 11 que se vería gravemente perjudicado es Túnez, con reducciones arancelarias directas de entre un 30% y un 70% en sectores como el textil, de la confección, el cuero, el calzado, los metales, el caucho, la madera y el automóvil que podrían afectar a 150.000 trabajadores/as.

Hay también países que no forman parte del grupo AMNA 11 y que se enfrentarían a dificultades. Sindicalistas de tales países están igualmente preocupados por las propuestas que hay sobre la mesa, ya que temen pérdidas de puestos de trabajo y futuras restricciones en el desarrollo. Entre ellos se encuentran México, Perú, Colombia, Costa Rica y Chile. En particular México, Colombia y Perú podrían tener que afrontar impactos directos, de 135.000 puestos de trabajo afectados en Colombia, más de 100.000 in Perú y 1,5 millones en México.

“La CSI hace un llamamiento a todos los Ministros y negociadores para que se devuelva a la mesa de negociaciones la dimensión de desarrollo,” dijo Guy Ryder. “Los países desarrollados necesitan poner fin a prácticas de comercio agrícola, como los subsidios de exportación, que socavan la producción en los países en desarrollo, sin exigencias extremas a los países en desarrollo en las negociaciones del AMNA. Los países en desarrollo han de ser capaces de mantener el empleo y conservar el espacio de políticas necesario para lograr desarrollarse.”

La CSI representa a 168 millones de trabajadores de 155 países, y cuenta con 311 afiliadas.

Para más información, póngase en contacto con el Servicio de Prensa de la CSI: +32 2 224 0210 ó +41 78 641 9815