Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, aseveró “Qatar parece creer que creando un clima de miedo e intimidación conseguirá que los ojos del mundo desvíen su mirada de la economía de esclavitud moderna que mantiene. Cientos de trabadores migrantes, muchos de ellos mujeres, se pudren en centros de detención de Doha simplemente por haber intentado escapar de empleadores abusivos y violentos. Periodistas extranjeros han sido detenidos por tratar de informar sobre la situación, y la represión estatal no hace sino incrementarse en un país que ha dado ya muestras de una total falta de respeto hacia los derechos humanos básicos y las normas legales”.
La ONG noruega GNRD, que empleaba a los dos investigadores desaparecidos, ha manifestado su “profunda preocupación de que estos empleados, ambos ciudadanos británicos, pudieran haber sido víctimas de una desaparición forzosa y que corran el riesgo de ser torturados”.
Entre tanto, FIFA sigue adelante con los preparativos para la Copa del Mundo 2022 en Qatar, y tenía previstas reuniones para el 8 de septiembre para decidir si el evento se celebrará en verano o en invierno.
“FIFA parece haberse olvidado del sufrimiento de cientos de miles de migrantes que trabajan en la construcción de la infraestructura de la Copa del Mundo, donde al menos un trabajador pierde la vida cada día. Incluso los cambios cosméticos al sistema de servidumbre de la kafala han sido pospuestos durante al menos 18 meses mientras la Cámara de Comercio local decide si permitirá que esas denominadas reformas lleguen a ver la luz. FIFA debería repetir la votación para decidir quién acogerá el mundial de fútbol en 2022, en lugar de seguirle el juego a las empresas patrocinadoras y a las firmas multinacionales de construcción, a expensas de algunos de los trabajadores y trabajadoras más explotados del mundo”, afirmó Burrow.