Primer plano de Sartiwen Binti Sanbardi (Hong Kong - IMWU)

“Como las empleadas domésticas inmigrantes desconocen las leyes, se las explota”

Sartiwen Binti Sanbardi, de 33 años, es la Presidenta del Sindicato de Trabajadoras Inmigrantes Indonesias IMWU (1), con sede en Hong Kong, y está afiliada a la confederación HKCTU (2), miembro de la CSI. Ella misma es empleada doméstica y lucha para mejorar las condiciones de vida y los salarios del personal doméstico inmigrante de Hong Kong.

¿Cómo nació el Sindicato de Trabajadoras Inmigrantes Indonesias de Hong Kong?
La idea comenzó en 1993, cuando cinco inmigrantes indonesias de Hong Kong entablaron juicio debido a que no se les pagaba el salario y habían sido golpeadas y abusadas sexualmente por sus empleadores. Esas mujeres formaron en 1995 el Grupo Indonesio de Hong Kong. La comunidad indonesia de Hong Kong tenía entonces un muy mal pasar y no recibía respaldo alguno del consulado indonesio en caso de explotación. Peor aún: cuando más de cinco inmigrantes indonesias se unían, el consulado de Indonesia procuraba arrestarlas y enviarlas de vuelta a Indonesia. Ese consulado estaba vinculado con agencias de contratación de trabajadoras. Muchas de las inmigrantes indonesias no presentaban nunca ninguna queja porque cuando tenían problemas no sabían a quién apelar. Como el Grupo Indonesio de Hong Kong no tenía demasiada fuerza, en 1998 se transformó en sindicato, pasando a denominarse Sindicato de Trabajadoras Inmigrantes Indonesias (IMWU). Desde entonces, hicimos muchas campañas de información dirigidas al público en general procurando defender a las trabajadoras inmigrantes.

¿Cuántos miembros tiene el sindicato IMWU?
En el sindicato hay alrededor de 2.500 mujeres, que tienen entre 18 y 36 años de edad. De esas mujeres, unas 200 son realmente activas. En 2003 hicimos una investigación cuyos resultados mostraron que al 67 por ciento de las trabajadoras indonesias inmigrantes en Hong Kong no se les dan los días francos que les corresponde por ley. Por lo tanto, les resulta muy difícil afiliarse al sindicato. No podemos ponernos en contacto con todas ellas y algunas se volvieron a sus casas sin advertirnos.

¿Cuáles son los principales problemas de las empleadas domésticas de Indonesia que están en Hong Kong?
El principal problema es el de los salarios. Durante los siete primeros meses de los contratos, las empleadas domésticas tienen que pagar 3.000 dólares de Hong Kong (348 euros) mensuales a sus agencias de colocación, ¡cuando su salario asciende a nada más que 3.400 dólares de Hong Kong! Por lo tanto, trabajan durante siete meses sin tener prácticamente ningún ingreso para ellas mismas. A muchas se las despide una vez cumplidos los siete meses y si no encuentran en seguida otro empleador se las envía de regreso a su país de origen. Si desean volver a trasladarse a Hong Kong, tienen que recomenzar pagando esas cantidades durante los primeros siete meses. La suma total de 21.000 HK$ (2.034 euros) se reparte entre la agencia de contratación de Indonesia y la agencia de colocación de Hong Kong.

Esta práctica va en contra de lo estipulado por ley: el gobierno de Hong Kong solamente estipula una deducción del 10 por ciento del primer sueldo, es decir, 340 HK$ (33 euros). La ley también estipula que es el empleador quien debe pagar el pasaje aéreo de la empleada doméstica, pero como hay mucha competencia entre las distintas agencias, el empleador le no paga casi nada a las agencias y éstas costean los pasajes de las inmigrantes.

Todos los primeros de mayo hacemos una gran manifestación para reclamar al gobierno de Hong Kong un aumento de los salarios, mejores protecciones para las inmigrantes, etc. El último aumento del salario mínimo de las trabajadoras domésticas extranjeras data de 1998, cuando había pasado a ser de 3.860 HK$. Ahora asciende nada más que a 3.400 porque el gobierno de Hong Kong lo bajó durante la crisis. Aunque la economía se ha recuperado, el salario no volvió a su nivel anterior.

¿Qué otros abusos se cometen contra las trabajadoras inmigrantes?
Se las obliga a hacer jornadas larguísimas y no se respetan los días francos. Algunos empleadores solamente les permiten a sus empleadas domésticas dormir tres horas diarias. Además, muchas veces las agencias o el empleador retienen los documentos de identidad, con lo que ponen a sus empleadas en una situación de extrema vulnerabilidad. Otro factor es que, cuando las empleadas domésticas indonesias entran legalmente a Hong Kong, una vez terminado el contrato con un determinado empleador solamente se les permite quedarse dos semanas en Hong Kong. Transcurrido ese lapso, tienen que volverse a su casa. Muchas terminan entonces quedándose en situación irregular y corren el riesgo de que nunca más se les conceda una visa.

¿Dónde duermen las empleadas domésticas?
Hasta hace dos años, la ley todavía autorizaba a las empleadas domésticas a dormir fuera del domicilio de su empleador, previa autorización de este último. Eso ya no es así: ahora, en Hong Kong está estipulado por ley que las empleadas domésticas no pueden dormir fuera del domicilio de sus empleadores. Dicha ley no obliga a proporcionarles una habitación pero sí indicar al servicio de inmigración si es o no así. Si el apartamento es demasiado pequeño y las empleadas domésticas no tienen su propia habitación, las autoridades ponen dificultades para autorizar que se contrate una empleada. Pero, en la práctica, muchas inmigrantes no tienen un lugar decente para dormir, lo hacen en los balcones, en el sofá de la sala... En este momento estamos respaldando una queja de una empleada doméstica que tenía que dormir con 30 perros, sobre una estera, en el suelo. El hecho de que no dispongan de su propia habitación acrecienta también los riesgos de abuso sexual.

¿Qué servicios brinda el sindicato IMWU a sus miembros?
Les brinda fundamentalmente asesoramiento y formación y lleva a cabo campañas para hacer tomar conciencia sobre su situación. Los cursos de formación tratan fundamentalmente sobre el contenido de las leyes y los derechos de los inmigrantes, ya que la mayoría de las empleadas domésticas indonesias desconocen la legislación de Hong Kong y resultan entonces presa fácil para que las agencias las exploten. Esos cursos de formación a veces se hacen a través de campañas de información al público (en parques, por ejemplo), pero también se llevan a cabo seminarios. Como el local donde tenemos nuestra oficina es muy pequeño, a veces hacemos esos seminarios en locales de la confederación HKCTU o de alguna ONG (el Centro Asiático de Migrantes), que nos han respaldado desde que comenzamos. Nuestra afiliación a la confederación HKCTU permite que llevemos a cabo acciones en común con la asociación de empleadas domésticas locales (Hong Kong Domestic Workers General Union) e inclusive con el Sindicato General de Asistentas Filipinas, que también es miembro de la HKCTU.

Cuando tenemos casos graves de explotación de empleadas domésticas de Indonesia que aceptan entablar pleito, solicitamos asesoramiento a la HKCTU o a alguna otra organización de inmigrantes indonesios que pueden, por ejemplo, sugerirnos abogados.

En Indonesia hay una red de organizaciones de migrantes y algunos de sus miembros también están afiliados a nuestra organización. Se trata, por ejemplo, de migrantes que vuelven al país definitivamente. Esa red brinda cursos de formación para las personas que desean emigrar, capacitación para los familiares de los migrantes (cómo comenzar un pequeño negocio, por ejemplo) y ejerce presión política. En 2003 conseguimos que el gobierno de Indonesia promulgara una ley sobre la protección de los trabajadores migrantes indonesios que están en el extranjero. Dicha ley está lejos de ser satisfactoria pero ya es algo.

En noviembre participaste en una conferencia internacional donde se discutió el futuro de un nuevo convenio de la OIT específico para las trabajadoras y trabajadores domésticos (3). ¿Qué opinas de ello?
Un convenio así de la OIT sería muy útil porque muchas veces no se reconoce al personal doméstico como trabajadores y trabajadoras. En Hong Kong sí se los reconoce como tales, pero no ocurre lo mismo en otros países donde se utiliza mucho personal doméstico extranjero, como Singapur, Malasia y Arabia Saudita. Espero que se llegue a un convenio de la OIT que todos los países ratifiquen.

¿Por qué entraste en este sindicato?
Empecé a trabajar como empleada doméstica en 1992, en Singapur y lo hice durante seis años. Llegué a Hong Kong en 1998, pero mi empleador me despidió porque tenía problemas económicos y no me indemnizó. Estaba muy preocupada: si no encontraba otro empleador, la ley estipulaba que al cabo de dos semanas tendría que volver a mi casa pero no tenía dinero para pagarme el viaje. En un parque vi militantes del sindicato. Me acerqué a ellos y les pedí ayuda. Me respaldaron y gané mi pelea con mi ex empleador (me pagó el último mes de sueldo y un pasaje de avión). Encontré otro empleador y después me afilié a la IMWU. Cuando me contrató ese nuevo empleador todavía no me había afiliado porque eso lo hubiera asustado ya que la reglamentación laboral de Hong Kong estipula que las trabajadoras y trabajadores domésticos extranjeros tienen derecho de afiliarse a un sindicato y que si un empleador nos despide por ese motivo, puede ser pasible de una multa de 100.000 HK$ (9.700 euros).

Como trabajo como doméstica a tiempo completo, destino mis días francos a la organización. Me doy cuenta de que tengo un buen empleador y que muchos de los inmigrantes no tienen esta suerte. Por eso, durante los días francos no descanso sino que prefiero trabajar para la organización. Eso me da una gran satisfacción espiritual.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau

(1) Indonesian Migrant Workers Union

(2) Hong Kong Confederation of Trade Unions, http://www.hkctu.org.hk/

(3) Esa conferencia tuvo lugar del 8 al 10 de noviembre de 2006 en Ámsterdam y en ella hubo alrededor de 60 representantes de sindicatos y de asociaciones de empleados domésticos del mundo entero, sindicatos nacionales e internacionales (entre ellos la CSI) y diversas ONG. Fue organizada por IRENE (International Restructuring Education Network Europe), FNV Mondiaal (Países Bajos), Committee for Asian Women, Asian Domestic Workers’ Network y WIEGO (Women in the Informal Economy Globalising and Organising).

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales: http://www.ituc-csi.org.

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI al teléfono: +32 2 224 0204 al teléfono móvil +32 476 62 10 18.