Primer plano de Hilaire Mbuandi Ngoma (CSC-Congo)

“Para sindicalizar a los trabajadores y trabajadoras del sector informal hay que brindarles servicios concretos”

La CSC-Congo ya ha hecho 200.000 afiliados en la economía informal, en su mayoría mujeres. Pero en un país donde la economía informal constituye el 97,5 por ciento de la actividad, el desafío de sindicalizar el sector informal es gigantesco. Así lo explica Hilaire Mbuandi Ngoma, Vicepresidente de la CSC, encargado de la economía informal.

¿Cuál fue su primer contacto con el sindicato?

Hacía nueve meses que trabajaba en una empresa de marroquinería que tenía alrededor de 350 empleados. Las condiciones de trabajo eran malas y los salarios bajísimos. Yo tenía nada más que 25 años pero mis compañeros me impulsaron a que fuera el delegado del que entonces era el sindicato único. Fui elegido para cumplir varios mandatos en esa empresa. En 1990 comenzó el pluralismo sindical y al poco tiempo pasé a integrar el nuevo sindicato CSC, en 1991. En septiembre de 1991, la empresa donde yo trabajaba fue saqueada y las herramientas de trabajo fueron completamente destruidas.

¿Fue entonces cuando pasó a formar parte del sindicato a tiempo completo?

Sí, primero lo hice como secretario local en Kinshasa. Luego creamos una secretaría regional y pasé a ser secretario regional de transportes y comunicaciones. Más tarde fui secretario provincial adjunto interprofesional en el nivel de la ciudad de Kinshasa y luego secretario general del sector de la madera y la construcción. En esa etapa aprendí mucho. En el monte, la madera es la segunda fuente de explotación, después de los minerales. El 80 por ciento de la producción se destina a la exportación pero los salarios y las condiciones de trabajo que hay en ese sector son deplorables. Luchamos mucho y conseguimos, por ejemplo, que se les den a los trabajadores a quienes se envía al monte condiciones más dignas de vivienda y que el tiempo que trabajan sin ver a su familia disminuya de seis a tres meses. Los troncos se transportan en jangadas (armadías) y conseguimos también que mejoraran las condiciones de los jangaderos. También logramos mejoras de las condiciones de vida y de trabajo para el personal de los aserraderos.

En la construcción la situación es muy dura. Logramos que se hiciera un convenio colectivo sectorial que protege los salarios, aunque éstos siguen sin alcanzar para poder llegar a fin de mes.

A usted lo eligieron vicepresidente de la CSC en 2003. Durante ese Congreso la CSC decidió cambiar de orientación y abocarse a defender a los trabajadores y trabajadoras del sector informal. ¿En qué consiste esto concretamente?

En nuestro país, inclusive las personas que tienen contratos de trabajo formal se ven obligadas a desarrollar alguna actividad informal para poder llegar a fin de mes. Trabajar en el sector informal equivale a hacer lo que se pueda, sobrevivir, no tener contrato de trabajo, no tener horario ni mutual de salud... Los trabajadores de este sector están librados a su propia suerte, sin protección social. Muchos jóvenes que hicieron estudios universitarios están trabajando en pequeños comercios. En 2004, la CSC lanzó una política de orientación, defensa y sindicalización de los trabajadores y trabajadoras del sector informal. Comenzó por hacer un balance de los distintos sectores de actividad: los pequeños negocios, que están por todas partes, la agricultura, la pesca, las minas, el transporte y muchísimas otras actividades. Se decidió dar prioridad a los pequeños negocios, el transporte y la agricultura, la pesca y la cría de ganado.

Los tres puntos flacos que identificamos son fundamentalmente los problemas administrativos y policiales con los que se encuentran los pequeños negociantes. En segundo lugar, la falta de información con respecto a los derechos y deberes de los ciudadanos y de los trabajadores. En tercer lugar, la falta de estructuras de defensa y de cooperativas de crédito, ahorro y producción.

¿Qué servicios concretos ofrecen ustedes a los trabajadores y trabajadoras del sector informal para que se interesen en el sindicato?

Comenzamos por trabajar en el problema de los impuestos y documentos administrativos negociando con los poderes públicos. Conseguimos que se anularan algunos impuestos. Eso es algo concreto. También llevamos a cabo una labor de sensibilización de los mismos trabajadores y trabajadoras poniéndonos en contacto con ellos en los lugares de trabajo. Creamos pequeños comités de base donde se discute después del trabajo, muchas veces pasadas las 18. Disponer de tiempo es un gran problema para esas personas, que trabajan todos los días sin interrupción, sin vacaciones anuales, sin poder ser relevados cuando llegan a la vejez.

También procuramos mejorar la salubridad de los lugares de trabajo pero nos enfrentamos a un grave problema de falta de recursos.

¿Su objetivo prioritario es no obstante la sindicalización?

En efecto, la sindicalización es nuestro principal objetivo. El Estado no hace nada en absoluto así que tenemos que ayudar a esas personas a estructurarse. Contamos con alrededor de 200.000 miembros en el sector informal, sobre todo entre los pequeños negociantes. El carné sindical cuesta 0,7$ y en él figuran todos los datos básicos de la persona, junto con su nacionalidad y provincia de origen. La gran mayoría de los efectivos son femeninos, es decir, tenemos un 68 por ciento de mujeres salvo en el transporte (Como los taxis. Dado que no hay transporte público, los particulares son quienes se ocupan de trasladar la mercadería y la gente.). Tenemos representantes sindicales en el sector informal de once provincias y cuatro de ellos son mujeres.

Sobre los 60 millones de habitantes y con una economía informal que se estima alcanza el 97,5 por ciento, 200.000 miembros no es gran cosa. La tarea es inmensa.

Para atraerlos es necesario brindarles servicios de calidad, como por ejemplo, ayudarlos a regularizar su situación impositiva, tarea que se está llevando a cabo. También tenemos que brindarles una mutual de salud, lo que para nosotros constituye la siguiente etapa y para la cual estamos iniciando un proyecto, sensibilizando y formando a los trabajadores en cuestión.

¿Cuentan con información sobre la manera en que otros sindicatos africanos abordan la sindicalización del sector informal?

Nos inspiramos en lo que ya se ha hecho en algunos países de África occidental. Fuimos a Lomé y a Cotonú para intercambiar experiencias y eso nos ayudó mucho. Los países del Norte no conocen esta realidad, tenemos que ayudarnos entre los países del Sur. ¿Cómo se puede lograr formalizar todas esas actividades? Es un trabajo de hormiga, a muy largo plazo, en el que deben participar no solamente los sindicatos sino también las autoridades públicas, que tienen que tomar en cuenta la economía informal sobre la cual se apoya la economía congoleña. Por ejemplo, en Togo están mucho más avanzados y cuentan con un ministerio especializado en economía informal. En el Congo hay una nueva dirección en el Ministerio de Economía pero los contactos son difíciles con los trabajadores. Éstos temen que surjan nuevos problemas o tener que pagar nuevos impuestos.

El Ministerio de Agricultura nos ha asociado a otros componentes de la sociedad civil para un programa de emergencia con respecto a la autosuficiencia alimentaria, a través del cual se hace un aporte de abono para nuestros afiliados. Si las autoridades nos dieron participación en esta iniciativa es porque reconocen que tenemos una visibilidad ante esos trabajadores y trabajadoras.

Ustedes hacen hincapié en la necesidad de brindar formación básica en el sector informal…

Es tremenda la cantidad de personas que carecen de una formación básica o que son analfabetas. Hay una gran distancia entre la minoría de trabajadores universitarios y la inmensa mayoría de las personas, cuyo nivel de instrucción es bajísimo. Con respecto al VIH/SIDA, por ejemplo, hemos hecho tres actividades de sensibilización porque los trabajadores del sector informal corren mucho riesgo de contagiarse. Hay también un grave problema de ignorancia. Además, en la economía informal hay muchísimo trabajo infantil. Tratamos de sensibilizar a los padres al respecto, de hacerles comprender que sus chicos tienen que ir a la escuela.

¿Qué sucede con los trabajadores migrantes?

En el sector informal son numerosos los trabajadores migrantes de África occidental, sobre todo en Kinshasa. La integración comienza por el idioma y muchos hablan bien nuestro idioma. No obstante, son reacios a los contactos con el sindicato porque prefieren pasar lo más desapercibidos posible. Son grupos cerrados muy solidarios entre compatriotas, principalmente los nigerinos, malienses y senegaleses.

Entrevista realizada por Natacha David


(1) La CSC es una de las tres afiliadas de la CSI de la República Democrática del Congo, junto con la CDT y la UNTC.