Primer plano de Alexander Yaroshuk (BKPD- Belarús)

“Sin la solidaridad internacional no podríamos hablar de sindicatos independientes en Belarús”

Aunque signatario de Convenios clave de la OIT (87 y 98), y a pesar de la vigilancia establecida por la OIT, Belarús mantiene su política de violaciones constantes a los derechos de los trabajadores y de persecución de los sindicatos independientes. La prensa está amordazada y en ocasiones es severamente reprimida, tal y como lo hemos podido constatar el pasado mes de diciembre, durante las elecciones presidenciales, con la confiscación de ordenadores y documentos pertenecientes a periodistas partidarios de la oposición, así como con los arrestos y las condenas de varios de ellos durante los meses posteriores(*). En este contexto tan hostil las organizaciones sindicales independientes resisten y luchan sin tregua. Encuentro con Aleksander Yaroshuk, Presidente de la Confederación de Sindicatos Democráticos de Belarús (BKPD**), que nos explica que encuentra fuerzas para luchar gracias a los intercambios internacionales con otras organizaciones sindicales.

¿Cuál es la amplitud de las violaciones de los derechos sindicales en Belarús?

No es ninguna casualidad que en el curso de los diez últimos años la situación relativa a las violaciones de los derechos sindicales en Belarús haya estado ininterrumpidamente en el programa de la Organización Internacional del Trabajo y haya sido denunciada en el mundo entero. El pasado mes de diciembre, numerosos sindicalistas y defensores de los derechos humanos volvieron a ser arrestados y maltratados por manifestarse en Minsk contra el resultado de las elecciones presidenciales. Más de 600 personas fueron puestas en detención provisional a lo largo de las semanas posteriores al 19 de diciembre, día de la reelección de Loukachenko, y 25 opositores han sido condenados en lo que va de año. Belarús ha tenido “el honor” de ser mencionado en un párrafo especial de la OIT en la Comisión de Aplicación de Normas durante la última Conferencia Internacional del Trabajo. Incluso se ha adoptado una medida de extrema urgencia con el establecimiento de una Comisión de Investigación. Desde entonces, la confrontación entre los sindicatos y las autoridades continúa. La Unión Europea, por su parte, ha suprimido las preferencias comerciales concernientes al sistema SPG+ con Belarús. Hasta ahora, únicamente Birmania había recibido este tipo de trato.

¿A pesar de la represión los trabajadores consiguen movilizarse?

A pesar de las tensiones, los trabajadores se movilizan. Eso demuestra que una movilización interna de los trabajadores por sus derechos, cuando cuenta con el apoyo de la solidaridad internacional, les da una posibilidad, por pequeña que sea en algunos casos, de ganar.

¿La situación ha evolucionado desde la supresión de las preferencias comerciales?

Por el momento, podemos hablar de un cambio gradual. Mi organización, por ejemplo, está implicada en el diálogo social a nivel internacional y podemos decir que hoy en día estamos reconocidos por el Gobierno... aunque éste se haya visto forzado a hacerlo.

¿Qué nos dice de las relaciones con los empleadores?

Es verdad que se ha firmado un acuerdo general entre los sindicatos y la asociación de empleadores de Belarús, pero nosotros no nos hacíamos ninguna ilusión en cuanto a nuestra situación. No olvidemos que el régimen establecido en el país es muy duro y que dista mucho de ser reconocido por su tolerancia hacia las organizaciones que puedan tener opiniones distintas a las suyas, en particular las organizaciones sindicales. Por eso pensamos que mientras este régimen siga en pie nuestra existencia estará amenazada. A mi esto me hace pensar en un ghetto. De vez en cuando pueden hacer que nuestra condición mejore, pero únicamente en el interior del ghetto. Las posibilidades de desarrollo son inexistentes, no podemos crear nuevas organizaciones. A pesar de todo, mantenemos la esperanza. No nos damos por vencidos, jamás. Los éxitos que hemos acumulado, si bien dentro de las proporciones, nos animan sin duda al respecto.

¿Sus miembros comparten sus esperanzas?

Eso es lo más complicado. Para nosotros es vital no perder nuestros miembros, pero todo está dispuesto para que se desanimen. La mayoría de los contratos de trabajo, hoy en día, son contratos de duración determinada. Las primeras víctimas de esta nueva forma de “servidumbre” son por supuesto los miembros de los sindicatos independientes. En estos momentos, formar parte de un sindicato independiente es un acto heroico – las amenazas de despidos son reales. ¡Menos mal que muchas personas que viven en este país son perseverantes! Por esta razón no me cabe la menor duda sobre nuestra capacidad para responder a los retos futuros que le esperan a nuestra organización, nuestros miembros.

Usted participó el pasado diciembre en la Conferencia Regional CSI-CRPE (ITUC-PERC), en Moscú, sobre las violaciones de los derechos sindicales en los Nuevos Estados Independientes (***). ¿Cuáles son sus conclusiones?

Durante esta Conferencia discutimos de las trabas en la organización sindical en los Nuevos Estados Independientes de la región. La representación sindical ha experimentado profundas transformaciones en el transcurso de los últimos años. Nos esperan muchos desafíos en lo concerniente a la sindicalización y la negociación colectiva. Pero, sobre todo, la organización de este tipo de conferencia nos recuerda la importancia de la solidaridad internacional. Sin el apoyo de los sindicatos de numerosos países como Rusia, Polonia, los Países Bajos, Ucrania, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos y muchos otros, no creo que hoy pudiéramos hablar de un sindicato independiente en nuestro país. Durante eventos como el de esta conferencia los intercambios son posibles. Recibimos consejos, intercambiamos experiencias... Cómo responder a tal situación, cómo sobrevivir en circunstancias excepcionales... El intercambio con otras organizaciones nos da más fuerza en nuestra lucha, en nuestro combate por la defensa de los trabajadores y trabajadoras de Belarús.

Entrevista realizada por Mathieu Debroux

(*)Tras las elecciones presidenciales de diciembre de 2010, que resultaron en la reelección de Alexandre Loukachenko, una serie de periodistas independientes fueron arrestados por las autoridades belarusas. Después de haber sido detenidos para pasar un interrogatorio, se llevaron a cabo registros en sus domicilios y en las salas de redacción y se les confiscó el material de reportaje.
El pasado 19 de enero dos periodistas volvieron a ser detenidos provisionalmente. El Presidente belaruso había prometido someter a los responsables de lo que por aquel entonces había denominado “los disturbios masivos al orden público”. Y mantuvo su palabra, puesto que el 16 de mayo la periodista Irina Khalipa fue condenada a una pena condicional de dos años de cárcel. Más de 25 oponentes han sido condenados en lo que va de año.

(**)Belarus Congress of Democratic Trade Unions (BKPD)

(***) Véase el informe de la CSI sobre los derechos sindicales en los Nuevos Estados Independientes.

Tras un breve período de diálogo renovado entre las autoridades y la Confederación de Sindicatos Democráticos de Belarús (BKDP), la situación vuelve a ser tensa. Los miembros del sindicato son regularmente víctimas de acoso, chantaje, arrestos y despidos. Varios decretos presidenciales nuevos que perjudican los derechos sindicales han sido igualmente adoptados.

Véase también el capítulo de Belarús en el Informe Anual de la CSI sobre las Violaciones de los Derechos Sindicales en el mundo

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