En 2012, Bárbara Figueroa se convirtió en la sindicalista más joven y la primera mujer elegida para presidir la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile y en ocupar el más alto cargo de una central sindical en Latinoamérica en general. Una de sus principales tareas durante el tiempo que lleva en el cargo ha sido liderar las negociaciones para una reforma laboral que empezase a derogar las leyes impuestas a los trabajadores por la dictadura de Pinochet.

El año pasado, durante la ola de protestas masivas que sacudieron Chile, Figueroa estuvo en primera línea de la lucha contra la desigualdad y reclamando servicios públicos gratuitos para todos. Pese a la brutal represión del Gobierno contra los activistas, las presiones de los sindicatos y de la sociedad civil finalmente obligaron a los partidos políticos a aceptar la celebración de un referéndum para sustituir la Constitución del país, que databa de la era Pinochet.

“Bárbara pertenece a una nueva generación de sindicalistas y está firmemente comprometida a organizar y a luchar contra la injusticia codo a codo con la gente trabajadora. Chile se encuentra actualmente en una encrucijada, y este premio representa un merecido reconocimiento a una dirigente totalmente dedicada a conseguir una sociedad justa e igualitaria reforzando el poder de la gente trabajadora”, afirmó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.

La privatización de los servicios públicos y de la seguridad social en Chile lo convierte en uno de los países más vulnerables del mundo frente a la pandemia del COVID-19. La semana pasada, Figueroa denunció las medidas adoptadas por el Gobierno al declarar el estado de emergencia, que suponen la suspensión de contratos de empleo y de salarios y la prolongación de la jornada laboral con el teletrabajo.

Más información sobre el premio: https://www.svenssonstiftelsen.com/home