Plan de acción para la prevención de futuros casos de trata de personas en Europa del Este

Los días 31 de marzo y 1 de abril, se celebró una reunión de dos días en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina para discutir el asunto de la empresa SerbAz, que implica la trata de trabajadores de la República de Bosnia y Herzegovina, la República de Serbia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia a Azerbaiyán. Este asunto se refiere a 700 trabajadores migrantes de la construcción y es uno de los mayores casos registrados de trata de personas con fines de explotación laboral en Europa.

En octubre de 2009, el CRPE de la CSI fue informado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y ASTRA, una ONG de Serbia, de la dramática situación en la que se encuentran los trabajadores de Bosnia y Herzegovina, Macedonia y Serbia, quienes estaban trabajando en obras de construcción administradas por la sociedad SerbAz en Azerbaiyán. Los trabajadores habían recibido primero un visado como turistas al llegar a Azerbaiyán y tuvieron que entregar sus pasaportes a sus empleadores. Nunca se les proporcionó ningún permiso de trabajo legal, lo que los convirtió en trabajadores migrantes ilegales. Desde el verano de 2009, sus sueldos empezaron a retrasarse o reducirse, y en octubre no recibieron ningún salario. Además, los trabajadores habían estado viviendo en condiciones deplorables, sin comida ni agua, ni servicios médicos adecuados, lo que dio lugar a dos fallecimientos. De acuerdo con los testimonios de los trabajadores que han regresado a su país, además de no haber recibido pago alguno por su trabajo, fueron víctimas de actos graves de violencia física y psicológica. Desde octubre de 2009, el regreso de los trabajadores a sus países de origen ha sido organizado por SerbAz de manera a encubrir cualquier prueba de explotación laboral. Los sindicatos, ONG, organizaciones internacionales y embajadas han participado en el proceso de repatriación y la prestación de asistencia a estos trabajadores (cuya mayoría han regresado a Bosnia y Herzegovina). Las autoridades nacionales de Bosnia y Herzegovina y Azerbaiyán han iniciado investigaciones.

En diciembre de 2009, una delegación de representantes de la CSI y dirigentes sindicales de Bosnia y Herzegovina visitó Azerbaiyán para discutir este asunto y organizar la ayuda a los trabajadores. Al mismo tiempo, se organizó esta reunión de abril y se enviaron invitaciones a todas las organizaciones implicadas en el asunto, incluidos los representantes de la OSCE, la OIT, la CSI, la ICM (Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera) así como sindicatos y organizaciones no gubernamentales de Bosnia y Herzegovina, Serbia, Macedonia, Croacia y Azerbaiyán.

La reunión de la semana pasada en Sarajevo originó un plan de acción para la prevención de futuros casos el trata de personas, incluido el establecimiento de una red para intercambiar información. Asimismo, se llevó a cabo una conferencia de prensa para dar a conocer el caso. El evento recibió considerable atención de los medios de comunicación locales. Además, los participantes se reunieron con alrededor de 20 antiguos trabajadores de SerbAz, quienes dieron poder a una ONG de Azerbaiyán cuyos abogados han consentido en representarlos ante los tribunales para reclamar los salarios impagados así como una indemnización por daños físicos y psicológicos. Asimismo, se informó a los trabajadores sobre la protección de la que podrían beneficiarse de afiliarse a un sindicato.

Otro de los resultados de la reunión fue la firma de un acuerdo, elaborado con el apoyo de la ICM, sobre la cooperación y protección de los trabajadores migrantes entre los sindicatos de trabajadores de la construcción de Bosnia y Herzegovina y Azerbaiyán.

Según las últimas informaciones, SerbAz llevó posteriormente 50 trabajadores procedentes de Bulgaria a Azerbaiyán y contrató a trabajadores procedentes de Bosnia y Herzegovina para trabajar en Rusia. Los participantes decidieron informar a los sindicatos búlgaros y empezar a preparar el material en búlgaro para explicar los posibles peligros a los que se exponen los trabajadores.

A través de su Alianza Sindical Global para Combatir el Trabajo Forzoso y la Trata de Personas, la CSI se ha comprometido a llevar un seguimiento de este caso para apoyar a los trabajadores e informar a las organizaciones internacionales sobre este asunto. Se ha previsto una reunión de seguimiento para noviembre en Bakú, Azerbaiyán.