Oriente Medio/ Norte de África: “¡Alto a la represión, se requieren respuestas políticas y sociales!”, pide la CSI

Provocada por la revolución de Túnez, y luego amplificada por la revolución egipcia, la ola de protestas propagada en el Oriente Medio y la región del Magreb cada día es mayor. La respuesta que se le da es una represión cada vez más violenta, que en los últimos días culminó con las tremendas matanzas cometidas en Libia por parte de la sangrienta dictadura del coronel Gadafi, motivo por el cual la CSI acaba de hacer un llamamiento de emergencia (*).

"Desempleo, pobreza, desigualdad, corrupción, represión de los derechos humanos fundamentales... cuestión aparte las especificidades de cada país, son las mismas causas las que generan la revuelta en todas partes y explican la valiente y extraordinaria movilización de una juventud despojada de futuro y libertades. En este momento verdaderamente histórico, el movimiento sindical internacional ha manifestado todo su apoyo a las aspiraciones legítimas de los pueblos de la región a favor de una mayor democracia y justicia social. Las autoridades en el poder deben dejar de responder con la represión y escuchar finalmente las reivindicaciones de su pueblo", afirmó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.

Solamente en Libia, se han asesinado brutalmente a cientos de civiles en menos de una semana. Después de las terribles pérdidas humanas registradas previamente en Túnez y Egipto, la represión también ha causado víctimas en Bahrein, Djibouti, Irak, Kurdistán autónomo y Yemen. En Argelia, también se reprimieron las manifestaciones.

La CSI hace un llamamiento a la comunidad internacional para que vele por que los responsables de estos crímenes represivos sean castigados.
Asimismo, la controversia ha estallado en Mauritania, donde varias centrales sindicales afiliadas a la CSI (CGTM, CLTM, CNTM) se manifestaron la semana pasada para exigir la apertura de un diálogo social para hacer frente a la "explosiva situación en el país". El 17 de febrero, Sharan Burrow ya había enviado un mensaje al G-20 destacando la necesidad urgente de abordar los problemas del desempleo y las desigualdades, caldo de cultivo de esta ola de protestas, mediante la aplicación de una política económica internacional basada en el crecimiento del empleo y los ingresos. "Empleo y derechos humanos son lo que reclama con toda razón la juventud árabe", señaló Sharan Burrow.

Firmemente al lado, desde un principio, de su afiliada tunecina UGTT, que jugó un papel fundamental en el derrocamiento del régimen autoritario de Ben Ali, la CSI ha expresado su pleno apoyo a los miles de sindicalistas que participan en este gran movimiento por el cambio. "La CSI, cuyo último congreso en Vancouver el pasado mes de junio reforzó su presencia en la región árabe, sigue apoyando decididamente a la UGTT frente a los retos del futuro en Túnez. Mientras tanto, dos millones de egipcios manifestaron el viernes su determinación en pos de un verdadero cambio de régimen, la CSI también sigue brindando su apoyo al nuevo movimiento sindical independiente en Egipto, protagonista clave en la transición que se está produciendo. También en Bahrein, donde apoyamos firmemente a nuestra afiliada (GFBTU), con la que hemos condenado al unísono la represión e instado al diálogo nacional", afirmó Sharan Burrow.

"Los días que se avecinan son sumamente críticos. La comunidad internacional debe movilizarse a la altura de las cuestiones excepcionales planteadas por estos movimientos populares para que cese la represión y se elabore una respuesta política, económica y social, en particular en los temas de empleo y protección social, que finalmente promueva las libertades y el desarrollo para todos en la región", indicó Sharan Burrow. "El desarrollo de un sindicalismo libre e independiente en la región es esencial para un futuro mejor. Las libertades sindicales y el diálogo social son indisociables de la democracia y el desarrollo".

Vistos los periodistas muertos y heridos, y todos aquellos a los que se ha impedido en forma generalizada ejercer su labor esencial de información, la CSI exige que se respete el ejercicio y la libertad de prensa. Mientras que una joven bloguera siria de 15 años fue condenada el 14 de enero a cinco años de prisión, la CSI pide la suspensión inmediata de las barreras al uso de Internet y otros medios de comunicación impuesta por un gran número de líderes de la región.

En Kuwait, cientos de trabajadores migrantes de diferentes países árabes se han manifestado en los últimos días a favor de la igualdad de los derechos civiles. En Libia, miles de trabajadores migrantes tratan de huir de la violencia. La CSI recuerda que la lucha por los derechos humanos y laborales en la región está indisolublemente ligada a la lucha mundial por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras migrantes, en particular en los países del Golfo Pérsico, donde representan una parte muy importante de la mano de obra, y son explotados y discriminados.

(*) "Llamamiento de la CSI a Gadafi: que cese la masacre de la población civil en Libia”