El anuncio por parte del gobierno de Australia – el mayor emisor de carbono per capita de los países desarrollados – de un nuevo objetivo para reducir las emisiones en un 25% para el año 2020, en el contexto de un nuevo acuerdo global, es efectivamente un paso significativo en la buena dirección. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha advertido sobre la necesidad de establecer un objetivo para los países desarrollados de al menos un 25% en comparación con los niveles de 1990, a fin de evitar cambios climáticos perjudiciales, y Australia se había limitado en un principio a reducciones del 5% al 10%.