Los habitantes de diversas partes del norte del país han sido atacados por grupos armados, sucesos que han culminado con el más sangriento de los ataques en Kano, donde se ha registrado la muerte de cerca de 250 personas como resultado de los múltiples atentados con bomba perpetrados en varias localidades de la ciudad comercial. Posteriormente se ha producido otro ataque más en Bauchi.

Según los líderes sindicales del país, el Gobierno federal de Nigeria no ha logrado combatir las deficiencias socioeconómicas del país, que han dado lugar a desempleo, al colapso del sistema educativo, al colapso de diversas industrias así como de otras infraestructuras. Todos estos hechos se han visto agravados por el reciente aumento del precio de la gasolina.

A principios de este mes, el movimiento sindical nigeriano organizó una huelga general para protestar contra la retirada por parte del Gobierno de las subvenciones a los combustibles (consultar el artículo anterior de la CSI). El Gobierno respondió a la protesta con una represión brutal, en vez de buscar una salida pacífica al conflicto.
“Es hora de que las autoridades nigerianas tomen todas las medidas necesarias para poner fin a la violencia y para abordar democráticamente los retos socioeconómicos necesarios”, expresó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.