Mensaje de la Canciller Angela Merkel con ocasión de la fundación de la CSI

Este día es un día histórico para los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. A lo largo de los últimos decenios la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres y la Confederación Mundial del Trabajo han venido desarrollando una meritoria e importante labor. No obstante, ayer ambas organizaciones se disolvieron para aunar sus fuerzas en un movimiento sindical internacional de aún mayor proyección. Con cerca de 180 millones de miembros, la Confederación Sindical Internacional es un notable ejemplo de solidaridad y cooperación por encima de las fronteras.

En vista de la progresiva internacionalización de los procesos de producción y de la división del trabajo, considero que esta aglutinación de fuerzas sindicales es una decisión coherente y preñada de futuro. No cabe duda de que la globalización ha modificado la situación de las trabajadoras y los trabajadores en todo el mundo. Para muchos equivalió a nuevas oportuni¬dades y un futuro mejor. Pero también ha despertado numerosos temores.

El progreso económico y el progreso social deben estar indisociablemente unidos. Por consi¬guiente, la competencia internacional no debe traducirse en que las y los trabajadores de unos países sean utilizados contra los de otros. Antes al contrario, los frutos de la globalización también deben redundar en provecho de las y los trabajadores. Para garantizar que así sea también necesitamos una Confederación Sindical Internacional fuerte, que coadyuve a forta¬lecer la dimensión social de la globalización y promover un trabajo digno para todos. ¡Les deseo éxito en el desempeño de esta importante y exigente tarea!