Bruselas, 7 de agosto de 2008 (CSI-EnLínea): Tras el golpe de Estado ocurrido en Mauritania el miércoles 6 de agosto, la CSI se suma a la rotunda condena expresada por el movimiento sindical mauritano y exige la inmediata restauración del orden constitucional en este país africano.

El presidente de Mauritania, Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi, fue detenido el miércoles en Nuakchot mediante un golpe de Estado incruento liderado por el jefe de la Guardia Presidencial, quien había sido destituido horas antes. El golpe militar, ocurrido apenas un año y medio después de las elecciones presidenciales de principios de 2007, consideradas como un “modelo democrático” para África y el mundo árabe, no ha tardado en suscitar la repulsa de muchos actores internacionales, entre ellos la Unión Africana, la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos.

La Confédération générale des Travailleurs mauritaniens (CGTM), condenando inmediatamente y “con rotundidad la toma del poder por la fuerza”, ha reclamado el restablecimiento de la legalidad constitucional a través de la restauración de las instituciones legalmente reconocidas, empezando por el presidente de la República.

Recordemos que el presidente Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi sustituyó en el poder a la junta militar que dirigió el país tras derrocar, en 2005, en un anterior golpe de Estado incruento, al entonces presidente Maaouya Ould Sid Ahmed Taya. Ahora bien, la nueva Presidencia, elegida democráticamente, no tardaría en sufrir las consecuencias de una situación socioeconómica crítica. Y es que la explotación del petróleo iniciada hace dos años aún no ha tenido tiempo de incidir positivamente en la vida cotidiana de los mauritanos; de hecho, la agravación de las desigualdades y la pobreza está afectando a un número creciente de trabajadores y trabajadoras en Mauritania. El país se encuentra desde hace meses sumido en una aguda crisis alimentaria. En este clima de deterioro acentuado del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras de Mauritania como consecuencia de la inflación de los precios de los alimentos y servicios de primera necesidad, la CSI expresa su total solidaridad con el movimiento sindical mauritano y hace hincapié en la necesidad de una respuesta urgente a la crisis social en un marco democrático de tranquilidad y participación.

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