Manifiesto del Primero de Mayo

Los trabajadores y trabajadoras de todos los rincones del planeta, reunidos el Primero de Mayo, celebran los enormes logros del movimiento sindical (...)

Bruselas, 24 de abril de 2007: Los trabajadores y trabajadoras de todos los rincones del planeta, reunidos el Primero de Mayo, celebran los enormes logros del movimiento sindical y honran la memoria de quienes tanto han dado por la causa de la justicia, la igualdad y la dignidad humana.

Toda persona tiene el derecho de tener un trabajo y una vida decentes. Para muchos millones de personas esos derechos no son más que una aspiración pero pueden convertirse en realidad gracias a la determinación y la voluntad colectiva del sindicalismo y quienes actualmente gozan de esos derechos en su vida cotidiana pueden defenderlos y mantenerlos a través de sus sindicatos.

La histórica unificación del movimiento sindical mundial que se llevó a cabo hace apenas seis meses proporciona a nuestra lucha por un mundo mejor nuevos medios y una vitalidad renovada. Aprovecharemos en la mayor medida posible este nuevo ímpetu para hacer llegar nuestra solidaridad a todos los que la necesitan y para cambiar el rumbo de la economía mundial, a fin de que la misma redunde en beneficio de muchos y no de unos pocos.

Sigue siendo inquebrantable nuestro compromiso de construir un mundo mejor, donde el progreso económico responda a las necesidades sociales, donde las personas que viven sumidas en la pobreza y al margen de la sociedad tengan la posibilidad de acceder a una vida decente y gratificante. Los valores universales que han apuntalado más de un siglo de orgullosa trayectoria sindical siguen teniendo la misma validez hoy que en el momento mismo en que nació nuestro movimiento.

Nos oponemos a todas las formas de opresión y de explotación y proclamamos nuestra determinación de continuar luchando contra quienes buscan sacar provecho de las privaciones, la discriminación y la desesperación. Estamos junto a todas las mujeres y hombres cuyos derechos de trabajadores y de seres humanos son avasallados y acudiremos en su ayuda de todas las maneras que podamos. Condenamos a quienes sacan provecho de la miseria de otras personas y continuaremos luchando contra los tremendos abusos de la codicia empresarial. Seguiremos procurando construir un mundo donde todos puedan vivir en condiciones de seguridad y paz, exentos de la amenaza de violencia, guerra o destrucción.

Las generaciones actuales tenemos en nuestras manos el futuro mismo del planeta. Nuestras acciones marcarán de manera indeleble las vidas de los niños del mundo y de las generaciones venideras. Cumpliremos con nuestro solemne deber de obrar para que haya un progreso económico y social sostenible, de desempeñar el papel que nos corresponde en lo concerniente al cambio climático y al establecimiento de un sistema comercial mundial equitativo en el que los derechos de los trabajadores se encuentren plenamente respetados y en el que el potencial de desarrollo no quede minado por exigencias injustas, de proporcionar salud y educación para todos y de hacer frente a los enormes desafíos que se nos plantean actualmente como comunidad mundial.

Queremos conseguir que en el mundo todas las naciones puedan cooperar en pro del bien común, creando y respaldando la justicia en las relaciones económicas, donde no se deje atrás a ningún país y donde se responda plenamente a la aspiración de tener una vida decente que abriga todo hombre, mujer y niño del mundo. Respaldando las loables y perdurables tradiciones de nuestro movimiento, nos comprometemos a convertir en realidad esos sueños y esperanzas.

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales.

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI a los teléfonos: +32 2 224 0204 ó +32 476 621 018.