Manifestaciones por la Copa del Mundo de Brasil

La CSI y la CSA, citando la violación del derecho constitucional a la libertad de expresión, han tachado de inaceptable la virulencia de la represión desplegada por la policía contra los manifestantes en Brasil.

Miles de personas han tomado las calles de multitud de ciudades por todo el país reclamando justicia social.

En una declaración conjunta, los sindicatos brasileños han dicho que la lucha contra la subida de las tarifas del transporte en el país es una expresión del descontento de los trabajadores y trabajadoras, sujetos a diario a unas condiciones de transporte inhumanas, sobre todo en las grandes ciudades.

Las manifestaciones dejan patente que los trabajadores, los estudiantes y la sociedad en general están hartos de la falta de apoyo por parte del Gobierno a la hora de proporcionar unos servicios públicos de calidad.

“El movimiento sindical apoya la lucha contra el aumento de las tarifas, contra la violencia policial y por el derecho a manifestarse. Es esencial que en las manifestaciones pacíficas se propongan negociaciones con los Gobiernos de los estados y municipios relativas a las tarifas y las condiciones que se ofrecen a los usuarios del transporte público”, especifica la declaración firmada por los cinco sindicatos más importantes.

Brasil ha logrado avances históricos en términos de reducción de la desigualdad y lucha contra la pobreza. No obstante, tal y como cientos de miles de personas han dejado muy claro, la inversión del Gobierno en servicios públicos de calidad, como la sanidad, la educación y el transporte, se sigue demorando.

Brasil encabeza la Encuesta Mundial 2012 de la CSI de 13 países en lo relativo al apoyo electoral por los servicios públicos disponibles. Según la encuesta, el 93% de los brasileños quieren que el Gobierno proporcione un acceso asequible a los servicios sanitarios y el 93% de los brasileños quieren que el Gobierno proporcione un acceso asequible a la educación.

Desde 2011, la campaña mundial PlayFair, coordinada por sindicatos y ONG internacionales, ha estado planteando cuestiones como los beneficios que hacen las empresas de construcción por la edificación de estadios “elefante blanco” a costa de los trabajadores y de las inversiones en los servicios públicos.

“En el caso de Brasil, los millones que se están gastando en la Copa del Mundo provienen de los contribuyentes y los votantes, que necesitan urgentemente mejores servicios.

“Los eventos deportivos importantes, como la Copa del Mundo de fútbol y las Olimpiadas, consiguen apoyo público mediante la promesa de cambiar la vida de las personas.

“Tanto en Qatar como en Brasil, lo único que hemos visto son promesas rotas. Los disturbios no cesarán a menos que los Gobiernos y la FIFA escuchen a la gente”, ha dicho Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.