Los Informes Nacionales Voluntarios de los países de la región aún muestran debilidades importantes a la hora de identificar lacunas en la implementación de los ODS, la falta de inclusión total de todos los sectores de la sociedad y el fracaso en abordar la dimensión de los derechos humanos en particular.
Las prioridades clave de los sindicatos han sido retomadas en la declaración del foro de la sociedad civil:
- Un llamado a los gobiernos de todo el mundo, en relación con COVID19, para que establezcan planes de estímulo económico urgente y medidas en el lugar de trabajo para proteger la salud y los ingresos de las trabajadoras y trabajadores, así como sus comunidades a través de respuestas multilaterales coordinadas.
- Un llamado para un desarrollo sostenible con ODS 8 y trabajo decente en su núcleo; otro para ir más allá de la lógica actual del PIB; y finalmente otro para ratificar y aplicar el Convenio 190 de la OIT contra la violencia y el acoso en el lugar de trabajo.
- Un llamado a promulgar políticas proactivas vinculadas a la Agenda de Trabajo Decente para implementar una transición justa hacia "economías y sociedades sostenibles en las que los trabajadores y sus comunidades no se queden atrás".
- Un llamado a la democratización de la gobernanza económica global, para garantizar que la financiación privada para el desarrollo esté alineada con los ODS, con los principios de eficacia del desarrollo y los marcos de derechos humanos.
El Foro también fue la oportunidad para que la División de Estadística de la CEPE lanzara su primer informe anual de progreso de los ODS, titulado ’Hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la región de la CEPE’. El informe pide invertir en datos para la plena implementación de la Agenda 2030 y proporciona información útil desde la perspectiva laboral, por ejemplo, al destacar que la participación promedio del ingreso laboral en el PIB ha disminuido en los países de la CEPE en los últimos años.