Las demandas sindicales afirman que el ODS 8 resulta clave para abordar el impacto social y económico de la crisis de COVID-19.
Cuando se declaró la pandemia el mundo tenía ya una “deuda de sostenibilidad” y según el seguimiento de la CSI sobre el ODS 8 en 145 países, se ha registrado un rendimiento deficiente grave en relación con sus cuatro dimensiones:
- Bienestar económico: el crecimiento económico por sí solo no puede aportar a los países medios suficientes para combatir la pobreza y las desigualdades y garantizar bienestar para todos.
- Calidad del empleo: un elevado nivel de RNB no entraña necesariamente empleos de calidad con salarios adecuados y mercados laborales inclusivos.
- Vulnerabilidad laboral: un desafío global con trabajadores/as expuestos a riesgos, protección insuficiente y exclusión en la mayoría de los países.
- Derechos en el trabajo: el respeto de los derechos de los trabajadores no está necesariamente relacionado con el buen desempeño económico de un país.
Las deficiencias pre-existentes en el mercado laboral han hecho que las personas que ya eran vulnerables queden aún más expuestas a las consecuencias de la crisis: trabajadores poco cualificados, migrantes, informales, mujeres y jóvenes.
La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, declaró que: “La pandemia ha destruido más de 250 millones de puestos de trabajo y ha dejado a 1.600 millones de trabajadores informales en una situación tremendamente precaria. Es necesario crear 575 nuevos empleos para alcanzar el pleno empleo y formalizar al menos mil millones de empleos informales.
“Resulta ahora imperativo orientarse hacia una recuperación centrada en las personas para salir de la crisis sin precedentes que está afectando al mundo del trabajo”.
Demostrando la interrelación esencial existente entre el ODS 8 y distintas metas de la Agenda 2030, el informe de la CSI pone de relieve el papel central del ODS 8 para aplicar estrategias de recuperación y acelerar la implementación de los ODS. Las recomendaciones de políticas presentadas en el informe ofrecen una visión que incluye medidas de recuperación tanto urgentes como a largo plazo. El objetivo de esas recomendaciones es además apoyar la labor de incidencia de los sindicatos durante el FPAN y más allá.
