Las estadísticas presentadas durante la conferencia revelan que más de 150 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil, y decenas de millones de adultos están sujetos al trabajo forzoso. El evento, que se desarrolló del 14 al 16 de noviembre, contó con la participación de más de 3.000 representantes de gobiernos, empleadores y sindicatos, así como grupos de la sociedad civil y organizaciones regionales e internacionales.

La delegación sindical reclamó mayor coherencia política, justicia comercial y fiscal, educación pública universal de calidad, acceso universal a la protección social y salarios mínimos vitales, poniendo de relieve en particular la importancia de la libertad sindical y la negociación colectiva. Donde los trabajadores, incluso en la economía informal y en la agricultura, tienen el poder colectivo para poder negociar unos ingresos o un salario vital, las familias no tendrán que depender de los ingresos generados por sus hijos.

Además de la Declaración de la Conferencia, los delegados presentaron cerca de 100 promesas concretas de acción. El movimiento sindical internacional se comprometió a “continuar organizando otros 20 millones más con vistas a 2018, para reforzar el poder de los trabajadores y trabajadoras, incluyendo llegar a los más vulnerables –trabajadores informales y del hogar, agrícolas, jóvenes, indígenas y migrantes– y mediante estrategias de organización creativas y nuevas alianzas”.

La CSI se comprometió igualmente a “asumir el desafío de erradicar el trabajo infantil y el trabajo forzoso de las cadenas mundiales de suministro, trabajando en colaboración con las Federaciones Sindicales Internacionales para obtener nuevos convenios colectivos transnacionales y haciendo campaña para lograr tratados vinculantes en la ONU y la OIT, la ratificación universal de las normas fundamentales del trabajo para 2019 y 50 ratificaciones del Protocolo sobre Trabajo Forzoso para finales de 2018, en particular”.

Los sindicatos se congratularon del compromiso manifestado por Canadá y Australia respecto a la ratificación del Protocolo de la OIT sobre Trabajo Forzoso, instando a otros países a seguir su ejemplo.