Los sindicatos deberían recurrir a la prospectiva para dar forma al futuro del trabajo

Un reciente artículo de Forbes describía cómo los líderes empresariales están recurriendo a nuevas tecnologías, macrodatos y analíticas en sus negocios y, sin embargo, pese al control y la comprensión que pudiera aportarles todo eso aporta respecto a su entorno, siguen teniendo que afrontar las repercusiones de crisis económicas imprevistas, volatilidad, ambigüedad y complejidad. Numerosas compañías son conscientes hoy en día de que, en tales circunstancias, es necesario estar “preparados para el futuro”, por lo que han empezado a recurrir a la planificación prospectiva, que forman ya parte integral de la manera en que mantienen en el mercado sus negocios, productos y servicios.

Prospectiva no es lo mismo que predicción, esperanzas ilusorias o la extrapolación de tendencias actuales, y ciertamente tampoco es el equivalente moderno de consultar una bola de cristal. El artículo de Forbes define la prospectiva como una práctica orientada a la acción, donde uno adquiere mayor conciencia y participa activamente para crear y liderar sus propias realidades. En el Instituto Sindical Europeo (ETUI por sus siglas en inglés) consideramos la prospectiva como una forma de investigación que emplea diversos métodos para ayudar a una organización a anticipar los hechos, de forma que pueda dar forma, crear y desarrollar futuros plausibles y diferentes. En resumen, la prospectiva produce y utiliza datos que, a continuación, las organizaciones podrán interpretar para anticipar cambios.

La prospectiva ha sido empleada por empresas privadas desde el primer cuarto del Siglo XX, pero empieza a ser utilizada también con mayor frecuencia por actores públicos, incluyendo municipalidades y Estados, que a menudo sienten la necesidad de inventar e imaginar su propio futuro a largo plazo.

Por ejemplo, la ciudad de Amberes, en Bélgica, aspira a convertirse en una metrópoli sostenible para 2050. Mediante su proyecto Stadslab2050, trabaja colaborando con compañías, ciudadanos y universidades, y recurre a datos abiertos para optimizar servicios digitales en el Gobierno y preparar su infraestructuras para ciertas tecnologías como la cadena de bloques.

Otro ejemplo de ello es Policy Horizons Canada, una organización federal a la que se ha encomendado “ayudar al Gobierno de Canadá a desarrollar políticas y programas orientadas al futuro, más robustas y resilientes frente a los cambios desestabilizadores que se perfilan en el horizonte”. Han desarrollado una amplia gama de métodos para abordar los cambios que están teniendo lugar en la sociedad, así como el futuro del trabajo y la transición digital.

Los sindicatos operan también en un entorno que cambia con gran rapidez y están tomando conciencia de la necesidad de utilizar estudios prospectivos para conformar su futuro. En el Reino Unido, el sindicato Unions21 explora métodos para recopilar datos sindicales, evaluar el entorno y analizar el poder de presión e influencia para mejorar sus áreas de acción más relevantes. En Suecia, la central sindical Tjänstemännens Centralorganisation (TCO) ha establecido el grupo de reflexión Futurion¬ para analizar y prever las condiciones para el futuro del trabajo, además de dar a conocer y difundir el modelo de mercado laboral nórdico. Y en Dinamarca, HK Lab es el laboratorio del futuro del sindicato nacional de empleados del comercio y personal administrativo HK. Su misión es desarrollar la capacidad digital de HK inventando futuros empleos para sus miembros y desarrollando nuevos productos y modelos empresariales para el propio sindicato.

Tal como demuestran estos ejemplos, la prospectiva puede usarse para el desarrollo de los procesos operativos internos de los sindicatos y mejorar los servicios que ofrecen a sus miembros. También ayuda a los sindicatos a tener una visión más amplia y ser más eficaces en la negociación colectiva a todos los niveles.

A continuación, citaremos cinco razones por las cuales los sindicatos deberían poner en práctica análisis prospectivos:

- 1. Explorar mejor sus horizontes: los sindicatos cuentan con la ventaja de su presencia tanto en los centros de trabajo de las empresas (lo más cerca posible de las condiciones de trabajo reales) como en los Comités de Empresa Europeos, en los consejos de administración de multinacionales y en el diálogo social a nivel de la Unión Europea. Esta posición privilegiada les permite recopilar datos de diversas fuentes, llevar a cabo análisis sobre mega tendencias y explorar las perspectivas a largo plazo.

- 2. Reunir señales débiles: los sindicatos deberían desarrollar una capacidad mayor para detectar las “señales débiles” (indicadores de algo que quizás no sea obvio en el presente pero que, si no se tiene en cuenta, podría desembocar en cambios desestabilizadores). Los sindicatos tienen acceso a una amplia variedad de fuentes de datos, desde la simple observación de condiciones de trabajo en una región específica a experimentar la manera en que se negocian los convenios. Esto les ofrece una oportunidad única para identificar aspectos que podrían pasar desapercibidos al ojo profano y, mediante la recopilación de datos, generar información de utilidad estratégica.

- 3. Trabajar con un enfoque a largo plazo en vez de limitarse a respuestas a corto plazo: con la prospectiva, los sindicatos pueden elaborar escenarios a largo plazo. Pensar con 30 o 40 años de antelación, en lugar de reaccionar a los eventos inmediatos día a día, puede traducirse en cambios significativos. Los sindicatos deberían definir prioridades a largo plazo y hojas de ruta duraderas, que sus líderes pueden seguir para lograr objetivos sociales más importantes.

- 4. Conformar la manera en que los sindicatos ven su propio futuro: tal como expone el investigador del ETUI Kurt Vandaele en una publicación reciente, la membresía sindical en Europa está reduciéndose y organizar a los trabajadores y las trabajadoras representa un enorme desafío, particularmente debido a la actual preeminencia de trabajadores autónomos o que trabajan en la “economía sumergida”. Mediante prospectiva y visión de futuro, los sindicatos pueden desvelar y experimentar distintas formas de comunicarse para llegar a nuevos miembros potenciales más jóvenes.

- 5. Decidir qué conviene preservar y qué habría que cambiar: el mundo del trabajo ha evolucionado de manera gigantesca en los últimos 50 años. Ahí donde solíamos mantener negociaciones tripartitas, ahora hay otros actores involucrados, o bien ha dejado de haber negociaciones. Actualmente los trabajadores se enfrentan a una avalancha de nuevas formas de trabajo atípico en la denominada “economía gig”, nuevas formas de prácticas discriminatorias, la elaboración automática de perfiles y la gestión de la mano de obra mediante algoritmos, por citar algunos de los aspectos más problemáticos. La prospectiva resulta clave para preservar la esencia de la misión sindical, garantizando a la vez que el movimiento evolucione para garantizar que puedan afrontarse los nuevos problemas y amenazas.

No existe una receta única para la prospectiva. La reciente publicación del ETUI Anticipar cambios, seguir siendo relevantes: por qué los sindicatos deberían recurrir a la prospectiva muestra justamente cómo puede practicarse utilizando los métodos que los sindicatos han venido empleando durante generaciones. Incluyen enfoques participativos; la implicación de otras partes interesadas; comprender variables como demografía, clima y geopolítica; establecimiento de sistemas de alerta temprana para hacer frente a las cuestiones que vayan surgiendo; y una evaluación sistemática de todo ello. Independientemente del enfoque escogido, la prospectiva puede aportar una ayuda incalculable a los sindicatos y asegurar que los trabajadores estén mejor preparados ante lo imprevisible, hoy y todos los días.