Por otra parte, la CSI se siente alarmada ante el recrudecimiento del racismo en nuestra sociedad y en el lugar de trabajo. El contexto actual de escasez de empleo, de aumento de las desigualdades y de degradación de las condiciones de vida favorece las tensiones sociales. Los sindicatos condenan firmemente el recrudecimiento de discursos políticos xenófobos que estigmatizan a determinadas nacionalidades, religiones, comunidades o grupos étnicos que no son en absoluto responsables de esta situación.

“Los políticos y políticas que estigmatizan a determinados grupos étnicos, religiosos o comunitarios con fines electorales navegan por una línea muy peligrosa. Llamar a la confrontación racial no sólo es indigno de demócratas sino que pone en peligro la cohesión, la estabilidad y la paz social”, ha declarado Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.

En el mundo del trabajo, varios estudios, en particular de la OIT, ponen de relieve las prácticas discriminatorias existentes en el momento de la contratación, inclusive por parte de las agencias de trabajo. Los sindicatos reclaman mejores mecanismos para la aplicación de las leyes y normas internacionales relativas a la no-discriminación. La CSI señala en particular la situación precaria de numerosos trabajadores/as migrantes, a menudo víctimas del racismo y la xenofobia, que sin embargo contribuyen de manera significativa a la economía de los países en los que viven.

“Los Gobiernos y los interlocutores sociales comparten la responsabilidad de promover la diversidad y la interacción multicultural en el lugar de trabajo, a favor de unas sociedades más tolerantes y unas economías más fuertes. Se trata de un reto importante para los próximos años”, concluyó Burrow.