Doha, 3 de diciembre de 2008: La Conferencia de Seguimiento sobre la Financiación para el Desarrollo (FpD) celebrada en Doha concluyó el 2 de diciembre de 2008 con nada más que la confirmación de los compromisos de la FpD de Monterrey asumidos en 2002.
Al inicio de las negociaciones, la UE y el G77 acordaron intensificar los esfuerzos y comprometerse a abordar cuestiones sistémicas como la arquitectura financiera global, las políticas fiscales y comerciales y la financiación para el desarrollo propuesta en relación a las responsabilidades pendientes sobre el trabajo decente, la igualdad de género y los derechos humanos, así como sobre retos emergentes como el cambio climático. Sin embargo, un pequeño grupo de países en torno a EEUU se opusieron a cualquier compromiso mejorado o nuevo respecto a estas cuestiones, dando como resultado un acuerdo limitado.
La Conferencia de Seguimiento sobre la Financiación para el Desarrollo cayó víctima de las últimas semanas de vida de la administración Bush, que desafió abiertamente a la comunidad internacional en su reafirmación de compromisos, cuestionó el papel central de la ONU en el sistema multilateral de gobernanza, y diluyó todos los nuevos compromisos propuestos convirtiéndolos en proclamaciones de buena voluntad no vinculantes. La ausencia de otros protagonistas como los máximos líderes del FMI y el Banco Mundial, así como los Jefes de Estado de muchos de los países industrializados, confirmó la impresión de la falta de voluntad que reina a la hora de trabajar dentro del marco inclusivo de la ONU e implicar las voces de todos los países en desarrollo, incluidos los más pobres, así como a la sociedad civil.
Algunos de los temas más importantes siguen sin estar resueltos y deberán tratarse durante el proceso de seguimiento que será diseñado por la ONU durante el primer trimestre de 2009, que incluye:
La necesidad de una nueva arquitectura financiera que permita la mejora y la regulación de la gobernanza financiera internacional.
Mecanismos mejorados para asegurar políticas fiscales más eficaces, permitiendo la movilización para el desarrollo de recursos nacionales, incluyendo medidas asertivas contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales.
“A pesar de los esfuerzos por parte de algunos países para evitar que la ONU desempeñe un papel clave en el diseño de un nuevo sistema global de gobernanza económica, el multilateralismo ha triunfado y se ha tomado la decisión de celebrar una conferencia del más alto nivel sobre la crisis económica y financiera mundial y sus impactos sobre el desarrollo, reafirmando la legitimidad de la ONU”, dijo el Secretario General de la CSI, Guy Ryder.
“Estamos animados por la decisión del futuro establecimiento de un proceso de seguimiento sólido y eficaz que garantice la implementación de la Declaración de Doha acordada”, concluyó.
Los 30 sindicalistas procedentes de todos los continentes que participaron en la delegación de la CSI ante la FpD de Doha destacaron las limitaciones de los compromisos adoptados, pero subrayaron, no obstante, la atención creciente que está recibiendo el trabajo decente como elemento fundamental de las estrategias de desarrollo.
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