Sin embargo, la negativa del gobierno turco a priorizar la lucha contra los yihadistas frente a su histórica enemistad con los kurdos, amenaza con abandonar a la población que aún queda en Kobani en manos del control homicida del EI.
Según informa el sindicato SES —representante del personal sanitario en Turquía y miembro de KESK, afiliada a la CSI— muchos de los heridos están siendo evacuados de Kobani y trasladados a Turquía a través de Musitpinar, el último corredor que permanece abierto, y están siendo atendidos por personal médico voluntario. Tanto SES como la Asociación de Médicos de Turquía han organizado a voluntarios que reforzarán el equipo del necesitado hospital local de Suruc, que sufre una grave escasez de personal y equipo. SES denuncia, además, que las fuerzas de seguridad turcas procedieron a realizar redadas entre los heridos evacuados hospitalizados, así como en el centro de salud de Diyarbakir.
Cirujanos locales denuncian también que los retrasos impuestos por gobierno turco, y que la semana pasada impidieron a personas gravemente heridas cruzar la frontera hacia Turquía, han costado la vida de varias personas que han muerto desangradas y por otras causas evitables. Turquía ha aceptado a cientos de miles de refugiados de Siria desde 2011, incluidas unas 200 000 personas de los alrededores de Kobani en las últimas semanas. Docenas de personas fallecieron durante los disturbios ocurridos en los últimos días en Turquía, muchas de ellas pertenecientes a la extensa minoría kurda que vive en el país y que protestaban contra el gobierno turco por los eventos que están ocurriendo en Kobani.