Los responsables deberán comparecer ante la justicia.

La CSI denuncia la detención temporal el 6 de enero de varios líderes sindicales, que serían liberados tras la intervención inmediata de la CSI, y reclama la liberación de todos los inocentes detenidos. Unas 8.000 personas siguen detenidas.

Los trágicos eventos en Kazajstán fueron provocados por extremas desigualdades y divisiones sociales, la incapacidad del Gobierno para garantizar un desarrollo justo y equitativo en uno de los países más ricos de la región, y la ausencia de democracia y de colaboración con los sindicatos independientes y la sociedad civil en general.

En tales circunstancias, no es de extrañar que protestas pacíficas derivasen en una espiral de violencia, ocasionando víctimas mortales y numerosos heridos, así como la destrucción de infraestructuras.

Cambio fundamental

La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, declaró: “Kazajstán constituye otro ejemplo más de un Gobierno que permite la extracción de una enorme riqueza nacional por parte de un puñado de oligarcas a expensas de la población, lo que inevitablemente deriva no sólo en pobreza y precariedad, sino también en descontento generalizado.

“Se requiere un cambio fundamental para situar la economía al servicio del pueblo, con empleos decentes, pensiones, servicios públicos y protección social universal. Cualquier Gobierno que considere que su papel consiste simplemente en apoyar el libre mercado y proteger a los más ricos, no puede tener justificación ni ser apoyado.

“El pleno respeto de las normas de la OIT, en particular la libertad sindical y la negociación colectiva, así como un genuino diálogo social, son elementos esenciales para el futuro de Kazajstán”.