#IWMD22: los sindicatos reivindican que la salud y la seguridad en el lugar de trabajo se convierta en un derecho fundamental para los trabajadores y las trabajadoras en esta Jornada Internacional de Conmemoración

Como ha puesto de manifiesto el número de casos de COVID-19 en el lugar de trabajo, las deficiencias en materia de salud y seguridad ocupacional pueden tener efectos catastróficos, no solo para los propios trabajadores y sus familias, sino también para las empresas en lo individual e incluso en todas las economías en su conjunto.

Redunda en interés de los trabajadores y las trabajadoras, los empleadores y los Gobiernos hacer de la salud y la seguridad en el trabajo un principio y un derecho fundamentales en el trabajo de la OIT.

Es la razón por la que los sindicatos, a nivel mundial, sectorial, nacional y en fábricas, residencias de personas mayores y oficinas de todo el mundo, marcan la Jornada Internacional de Conmemoración de los Trabajadores, el jueves 28 de abril, exigiendo que la Conferencia Internacional del Trabajo tripartita de este mes de junio adopte esta medida vital y largamente esperada.

Nueve millones de trabajadores y trabajadoras han fallecido a causa de enfermedades y lesiones profesionales, dos tercios de ellos por enfermedades, desde que la OIT decidió por primera vez dar este paso en la Conferencia del Centenario de 2019, y ahora tenemos que hacerla realidad.

Los Gobiernos deben ratificar y, lo que es más importante, aplicar el Convenio 155 de la OIT sobre salud y seguridad en el trabajo y el Convenio 161 de la OIT sobre servicios de salud en el trabajo (que actualmente cubren solo el 20% de la fuerza laboral) porque resumen las medidas prácticas necesarias para abordar los desafíos que los trabajadores y los empleadores enfrentan todos los días.

Estos Convenios establecen las normas de sentido común que salvan vidas y ahorran dinero. Desastres como el colapso de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh el 24 de abril de 2013, que mató a más de mil trabajadores y trabajadoras y lesionó a muchos más, son negativos para las empresas y causan daños a la reputación y perjudican duraderamente a las economías. Hacer de la salud y la seguridad en el trabajo un derecho fundamental de la OIT ayudaría a prevenir tales desastres y beneficiaría a todos.

La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, señaló a este respecto: “Ya no hay excusa para eludir esta decisión. Es malo para los trabajadores y es malo para las empresas, y cuesta a las economías miles de millones en ausencias por enfermedad, prestaciones por discapacidad y pérdida de producción.

“Necesitamos representantes de seguridad en el lugar de trabajo, comités de seguridad conjuntos con los empleadores y multiplicar por cinco el acceso a los servicios de salud ocupacional para que todos y todas estén protegidos en el trabajo.

“El derecho a negarse a efectuar un trabajo peligroso es bueno tanto para las empresas como para los trabajadores. Las empresas responsables deben dar un paso adelante y salvar vidas, además de dinero, haciendo de la salud y la seguridad en el trabajo un derecho fundamental para los trabajadores y las trabajadoras.

“Hagamos que la Jornada de Conmemoración de los Trabajadores y Trabajadoras de este año sea el último en el que se niegue a los trabajadores este derecho fundamental”.