La huelga es una protesta contra los planes del Gobierno Temer de eliminar todas las restricciones a la subcontratación, imponer recortes drásticos en las pensiones, los salarios y la seguridad social y desmantelar los derechos laborales, incluidas las disposiciones sobre vacaciones, horas extraordinarias y número de horas de trabajo.

A este respecto, Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, reaccionó comentando: “Este Gobierno, que tomó el poder de manera ilegítima, es responsable de la devastación económica, del actual desempleo de cerca de 13 millones de personas y de sumir al país en una profunda recesión. Un grupúsculo de empresarios inmensamente ricos son los únicos beneficiarios de la que en realidad es una política económica de tierra quemada que implica una enorme transferencia de riqueza a los oligarcas brasileños”.