Los bombardeos aéreos israelíes en Gaza han provocado 24 víctimas mortales, incluidos nueve niños. Estos se iniciaron como respuesta a los cohetes disparados desde Gaza, que hirieron a más de 20 personas. A su vez, dichos cohetes fueron la respuesta a los últimos días llenos de violencia, en especial en Jerusalén, donde cientos de palestinos resultaron heridos en las manifestaciones contra los desalojos forzosos de sus familias por parte de las autoridades israelíes que quieren traspasar sus hogares a ciudadanos israelíes.
Si se llevan a cabo, estos desalojos ya previstos constituirían una grave violación de las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional.
La raíz del problema
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, declaró: “Condenamos enérgicamente la violencia y especialmente los asesinatos en todos los casos. Asimismo, resulta desolador ver cómo las familias palestinas se tienen que enfrentar a la expulsión de sus hogares para que entren los colonos israelíes. Una vez más, la ocupación ilegal e injusta de las tierras palestinas y la perpetuación de la ocupación israelí de Palestina constituyen la raíz del problema”.
“La única solución aceptable y sostenible es la plena aplicación de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU que tengan como objetivo el fin de la ocupación y la celebración de unas negociaciones que faciliten la creación de dos Estados soberanos: Palestina e Israel”.
Por otra parte, Ashraf Al-A’war, el Secretario de la Federación General de Sindicatos Palestinos, fue detenido el 8 de mayo por las fuerzas de seguridad israelíes y sometido a un interrogatorio sobre sus actividades sindicales hasta altas horas de la madrugada. A continuación, un tribunal israelí le prohibió participar en cualquier reunión sindical o política durante un período de un mes.
“Este es un ejemplo totalmente inaceptable de acoso a un dirigente sindical en el transcurso de sus tareas sindicales. Se trata de una clara violación del convenio 87 de la OIT sobre la libertad sindical. La restricción de sus actividades sindicales debe anularse inmediatamente y las fuerzas de seguridad israelíes y el tribunal deberían disculparse por el maltrato al que le sometieron”, concluyó Sharan Burrow.