Gripe porcina: medidas urgentes necesarias

En la medida en que el virus H1N1 o "gripe porcina" continúa propagándose en todo el mundo, la Confederación Sindical Internacional pide la acción de los gobiernos sobre una serie de cuestiones fundamentales en el lugar de trabajo, que resultan esenciales para reducir el riesgo de una grave pandemia y prepararse en caso de que se produzca una pandemia grave.

Bruselas, 22 de mayo de 2009: En la medida en que el virus H1N1 o "gripe porcina" continúa propagándose en todo el mundo, la Confederación Sindical Internacional pide la acción de los gobiernos sobre una serie de cuestiones fundamentales en el lugar de trabajo, que resultan esenciales para reducir el riesgo de una grave pandemia y prepararse en caso de que se produzca una pandemia grave.

"Los sindicatos son los mejor situados para ayudar en la lucha contra ésta y otras enfermedades a través de sus estrechas relaciones con sus miembros en el lugar de trabajo. Tienen una particular experiencia tras décadas de trabajo sobre la salud y la seguridad, incluidos los programas sobre enfermedades infecciosas, como el VIH-SIDA. Los gobiernos y los empleadores tienen que trabajar con los sindicatos para ayudar a velar por la contención del riesgo de transmisión de este virus en los lugares de trabajo", afirmó el Secretario General de la CSI Guy Ryder. "Al margen de esta situación, es preciso que se aborde con toda urgencia y de forma global, la insuficiente financiación crónica de los sistemas de salud pública, que probablemente empeore vista la actual recesión mundial", añadió.

Aun cuando la gravedad y la tasa de mortalidad del virus han sido hasta ahora relativamente bajas, ya se han confirmado infecciones en unos 40 países, y la posibilidad de que esta cepa o un mutante derivado de este virus cause una enfermedad mucho más grave en el futuro es realmente preocupante. Asimismo, hay preocupaciones bien fundadas acerca de la posibilidad de que este virus desarrolle resistencia a los medicamentos antivirales de que se dispone.

Dos de los medios más eficaces para contener la propagación de agentes patógenos como el H1N1 son limitar el contacto de persona a persona mediante el cierre temporal de las escuelas y los lugares de trabajo y alentando a la población que se sienta enferma a quedarse en casa para evitar la transmisión o contagio en el lugar de trabajo. Sin embargo, millones de trabajadores y trabajadoras de todo el mundo no tienen derecho a licencia por enfermedad para sí mismos o para cuidar de los miembros de la familia, en particular los peor remunerados, cuyas familias simplemente no pueden permitirse perder ni siquiera un día de ingresos.

La realidad para muchos trabajadores y trabajadoras es que corren el riesgo de despido u otras sanciones por el simple hecho de tomar un día de trabajo por causa de enfermedad. Sin una acción urgente por parte de los gobiernos para hacer frente a este problema, las medidas para reducir la transmisión en el lugar de trabajo pueden resultar débiles o ineficaces en los países afectados. Los gobiernos y los empleadores deben negociar con los sindicatos la baja por enfermedad allí donde todavía no está implantada y también las disposiciones para limitar la transmisión del virus en el trabajo, inclusive mediante posibles cierres temporales de los lugares de trabajo.

Asimismo, existen preocupaciones bien fundadas sobre la posibilidad de producir y distribuir oportunamente una vacuna eficaz para proteger a un gran número de personas de las siguientes etapas de la infección, que puede producirse a finales de este año. Aun cuando se disponga de tratamientos eficaces, a los sindicatos les preocupa que gran parte de la población del mundo, en particular en los países más pobres, no tenga acceso a ellos.

La Internacional de Servicios Públicos, una Federación Sindical Mundial que incluye entre sus miembros a los trabajadores y trabajadoras de la salud, señala que los años de presión sobre los presupuestos de la salud pública, a menudo a instancias del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han dejado a los sistemas de salud, especialmente en los países en desarrollo, incapaces de articular una prevención eficaz de las enfermedades, o para tratar a todos los afectados por una pandemia, como ya ocurre con el VIH-SIDA. Visto que los presupuestos de los gobiernos son objeto de una tensión sin precedentes debido a la crisis económica mundial, la CSI pide a los gobiernos y a las instituciones financieras internacionales garantizar que se disponga de recursos suficientes para la salud pública en todo el mundo, en aras del interés común. Del mismo modo, deben adoptarse medidas urgentes para garantizar una amplia disponibilidad de los tratamientos contra la gripe y de la eventual vacuna, prestando especial atención a los países más pobres.

La Federación Sindical Mundial para el sector agropecuario, la UITA, también ha centrado la atención en la posible contribución a esta crisis de la ganadería altamente intensiva, donde un gran número de animales se concentra en un espacio limitado, proporcionando un entorno ideal para la evolución de los virus en variantes más peligrosas. Este tipo de explotaciones, que suelen recortar gastos a costa de la salud de los animales y otras normas para producir a menor precio, fue la fuente probable del virus de la gripe aviar H5N1, que todavía representa una amenaza, y también parece ser el origen del virus de la gripe porcina H1N1.

Foto: Groovelock


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