Miles de millones de personas en todo el mundo tienen dificultades para acceder a agua potable y servicios de saneamiento e higiene. Esta es una crisis mundial en expansión y debe ser resuelta con urgencia para lograr el ODS 6 relativo al agua limpia y saneamiento para todos.
Los sindicatos piden inversiones públicas en la gestión sostenible del agua y la creación de empleos respetuosos con el clima que permitan a los trabajadores afrontar esta crisis eficazmente. Los sindicatos también apoyan un tratado mundial para acabar con la contaminación por plástico y proteger los ecosistemas marinos.
Sin embargo, muchos Gobiernos no comprenden la urgencia de actuar ya. En lugar de ello, siguen apoyando a empresas que se benefician de la explotación insostenible de los sistemas de abastecimiento de agua y de la falta de regulación de los residuos plásticos.
Los trabajadores exigen que la salud y el acceso al agua potable y al saneamiento se antepongan al afán de lucro.
PRIORIDADES SINDICALES PARA EL ODS 6
- Reconocer el acceso universal al agua potable y al saneamiento como un derecho humano. El agua y el saneamiento son necesidades básicas para la supervivencia y son esenciales para el cumplimiento de muchos otros derechos humanos y normas fundamentales del trabajo, como la salud, la alimentación, la educación, la salud y la seguridad en el trabajo y la no discriminación.
- Garantizar que la planificación, el desarrollo y la gestión de las infraestructuras y los servicios públicos permitan a los trabajadores, incluidos los trabajadores del transporte móvil y los del empleo informal, y a los usuarios tener un acceso regular al agua potable y a un saneamiento seguro y decente, con las salvaguardias adecuadas.
- Reconocer que la provisión de servicios de saneamiento adecuados, accesibles, seguros y protegidos para los trabajadores es una cuestión sensible al género que afecta a hombres, mujeres y trabajadores de diferentes orientaciones sexuales e identidades de género de diferentes maneras, lo que debe tenerse en cuenta a través de un enfoque inclusivo que tenga en cuenta las cuestiones de género, previa consulta con los representantes sindicales.
- Reconocer que el derecho al saneamiento carece de sentido si los trabajadores no tienen derecho a pausas de descanso remuneradas y a pausas regulares para ir al baño que les permitan acceder a las instalaciones sanitarias durante las horas de trabajo cuando las necesiten, sin retrasos, pérdida de ingresos o cualquier otro perjuicio.
- Gestionar el agua como un bien común e invertir en servicios públicos de agua potable y saneamiento. El agua y el saneamiento son servicios esenciales que deben ser liderados por el sector público, ya que las experiencias de privatización de estos servicios han demostrado poner en riesgo el ejercicio de los derechos humanos y la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos.
- Invertir en empleos decentes y respetuosos con el clima en la gestión de los recursos hídricos, los servicios de saneamiento y las infraestructuras relacionadas, sobre la base de medidas de transición justa que tengan en cuenta las cuestiones de género.
- Ampliar la cobertura de la protección social, incluida la seguridad de los ingresos y los servicios sanitarios, a las personas expuestas a la inseguridad del agua (a menudo mujeres y niñas).
- Establecer mecanismos de diálogo social sobre la gestión del agua y el saneamiento para lograr una gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, con el fin de mejorar la calidad del agua, aumentar la eficiencia en el uso del agua en todos los sectores y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua.
- Apoyar un tratado mundial sobre la contaminación por plásticos como elemento clave para mejorar la calidad del agua, que debe incluir medidas de transición justa para todos los trabajadores en el ciclo de vida de los plásticos, desde la fracturación de los combustibles fósiles hasta la producción y los residuos, e incluir medidas de transición justa.
- Contrarrestar la sequía, la desertificación y la hambruna mediante acciones reforzadas de adaptación y mitigación al cambio climático, respetando los compromisos de limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5°C.
- Mejorar la gestión pública del agua, limitando el uso de aguas subterráneas extraídas mediante electricidad y promoviendo prácticas innovadoras e incentivos para ahorrar agua.
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