Entrevista en primer plano a Marie Josée Lokongo Bosiko (UNTC - RD Congo)

“Nadie mejor que nosotras mismas para defendernos”

“Nadie mejor que nosotras mismas para defendernos”

Bruselas, 28 de agosto de 2007 (La CSI EnLinea): Marie Josée Lokongo Bosiko es Vicepresidenta de la Union national des travailleurs du Congo (UNTC) (1). Nos habla de los obstáculos que encuentran en su camino las mujeres congoleñas que desean afirmar su posición dentro del movimiento sindical y en sus lugares de trabajo y da algunas recetas para eludirlos. Nos cuenta asimismo la manera en que la UNTC consigue que los trabajadores y trabajadoras del sector informal se interesen en el sindicalismo y en la lucha contra el SIDA.

¿Cuáles son las principales dificultades para una mujer congoleña que desea ser militante sindical?

En primer lugar está el problema de que los hombres la acepten. Ellos consideran que nuestro lugar no está en el sindicato sino en el hogar. Yo empecé muy joven a militar en los sindicatos y en aquel entonces les teníamos miedo a los hombres. Pero debemos trabajar juntos para que dentro de los sindicatos se promueva a la mujer. Es necesario que todos comprendan que cuando en un sindicato hay muchas trabajadoras, éste tiene más fuerza: Cuando las mujeres participan en las actividades sindicales, cuando se ocupan de sindicalizar a otras mujeres, aportan un "plus" enorme.

El acceso a los cursos sindicales de formación es un problema para las trabajadoras. Muchos de esos cursos se imparten exclusivamente para hombres, sin respetar la cuota del 30% reservado a las mujeres. Por otro lado, la mujer casada debe contar con una autorización de su marido cuando se trate de un curso fuera del país. Así lo estipula el código de la familia de la RDC en su artículo 448. Tenemos entonces que enseñar a las mujeres a eludir esos problemas. Es necesario organizarse porque si una mujer vuelve a su casa después de una reunión sindical y el marido sostiene que los hijos quedaron sin nadie que los vigile, no le permitirá participar en la siguiente reunión. Se pide por tanto a las mujeres que conjuguen sus papeles de esposas, madres y trabajadoras. Soy una sindicalista que ascendió desde el nivel más bajo de la jerarquía hasta la vicepresidencia, y como tal puedo dar fe de que esto es posible, con la condición de conjugar bien esos papeles. Por supuesto, luchamos por conseguir que se enmienden todas las disposiciones legales que van en contra de los derechos de la mujer.

¿Logró usted que su marido y su familia la apoyaran en lo relativo a su actividad sindical?

Sí. Cuando se reconoce que una mujer es fiel y que hace muy bien su trabajo, no hay motivos para impedirle ser militante, tanto más cuanto que los frutos que recoge a través del sindicato se comparten con el marido, la familia y la comunidad. Por ejemplo, hay personas que vienen a verme porque saben que dentro de la UNTC también estoy a cargo del proyecto sobre el SIDA. Asesoro a los jóvenes y se les proyecta un video para hacerlos tomar conciencia del problema... Todos me hacen preguntas, plantean sus inquietudes sobre uno u otro síntoma. Yo los tranquilizo, les digo que tener SIDA no es el fin del mundo, que se hagan el análisis y que si el resultado fuera positivo, vengan nuevamente a verme para que les dé información a fin de que se sientan tranquilos. Una vez que se sabe que hay una seropositividad se pueden tomar remedios, acatar los consejos y vivir todavía mucho tiempo.

¿Cuáles son las principales actividades de la UNTC con respecto al SIDA?

La UNTC se ocupa de momento de la prevención. Hemos brindado formación a 45 empleados permanentes de la UNTC para que actúen como pares educadores. Ellos llevan a cabo una labor de sensibilización con respecto a información sobre el SIDA, las formas de transmisión y los medios de prevención. Alientan a sus amigos a que se hagan voluntariamente el análisis.

También hemos formado a más de 400 pares educadores en el nivel de las empresas. Estas personas dedican algunas de las pausas de mediodía a informar a sus compañeros y compañeras. A través del diálogo evitan también que se discrimine o estigmatice a las personas seropositivas. Además, a todos los pares educadores se les dan preservativos para repartir durante esa labor de sensibilización. Pero hacemos hincapié en la abstinencia, sobre todo en el caso de los jóvenes, porque cuando se les dan preservativos se sienten con libertad de hacer cualquier cosa y a veces no los utilizan correctamente.

Nuestra lucha contra el SIDA también abarca la economía informal. Se explica a los trabajadores y trabajadoras del sector informal a qué centros pueden ir para hacerse el análisis o recibir tratamiento.

¿De qué manera efectúan la sindicalización de los trabajadores y trabajadoras de la economía informal?

En los 64 mercados de la capital, Kinshasa, hemos formando comités de mujeres para enseñarles qué es un sindicato. Esos comités les explican, por ejemplo, que la afiliación sindical les evita ciertos inconvenientes con las distintas autoridades. Esos inconvenientes son típicos de la economía informal, donde no hay impuestos estipulados en base a normas claras, no hay contratos de trabajo ni seguridad social, en fin, donde todo se hace al margen de la ley. Defendemos, por medio del diálogo social, las condiciones de trabajo de las vendedoras.

Procuramos asimismo organizar a los trabajadores y trabajadoras del sector informal, iniciándolos en la cultura mutualista. En esa óptica y gracias a su voluntad colectiva, consiguieron establecer una mutua de salud. Esto reviste enorme importancia porque por el momento el salario es insignificante y no se paga en una fecha fija. De allí que cuando alguien se enferma no sepa adónde ir. Pero al pasar a ser miembros de las mutuales de salud de la UNTC, tienen acceso a tratamientos más baratos.

¿Brindan algún otro servicio a los trabajadores y trabajadoras del sector informal?

Información y formación. En los cursos de formación se les explica cuáles son las ventajas que pueden obtener de un sindicato pero también les proporcionamos capacitación práctica, como por ejemplo, sobre la manera de administrarse. Les enseñamos cómo llevar una libreta con los ingresos y los gastos. También los alentamos a formar cooperativas para que puedan conseguir fondos en préstamo con mayor facilidad. La UNTC a veces puede prestarles algo de dinero en forma de microcrédito. Eso se hace, por ejemplo, en la provincia de Bas-Congo, cerca de Kinshasa, donde tenemos un campo que trabajamos asociados con comunidades de campesinos: Les entregamos semillas de mandioca y en el momento de la cosecha la UNTC y los trabajadores se reparten la ganancia. El fondo que nos permitió inicialmente comenzar con esta actividad procedía de una pequeña cooperativa de piscicultura que creamos en otra región.

Además, en Bandoudou, hemos financiado la compra de una bicicleta por parte de trabajadores y trabajadoras de la economía informal. La utilizan como taxi bicicleta. La persona que utiliza la bicicleta paga un alquiler diario, guarda lo que exceda el monto del alquiler y si la ganancia es inferior al alquiler, firma un pagaré. Con ese alquiler, a la larga la UNTC recuperará la inversión que hizo para la compra de la bicicleta.

¿Qué actividades realizan en beneficio de las trabajadoras?

Tenemos un comité de mujeres en cada empresa, cuyo papel es canalizar todos los problemas específicos de las trabajadoras y discutirlos en las reuniones con los empleadores. Se confirma aquello de que “nadie mejor que nosotras mismas para defendernos”, ya que si no hay delegadas sindicales, los problemas específicos de las mujeres no se tratarán como es debido. Por ejemplo, el comité de mujeres puede decidir crear una mutual en el nivel de la empresa para que las mujeres se ayuden mutuamente, como por ejemplo, en caso de nacimientos o fallecimientos de familiares, a fin de no molestar demasiado al empleador. A éste también le conviene que haya comités de mujeres porque cuando éstas no tienen problemas, aumenta la productividad en la empresa.

Esos comités de mujeres también se encargan de ampliar la base de militantes. Nuestra consigna es: “Una por diez”, es decir, cada mujer que se afilia tiene que procurar afiliar diez más. Por otra parte, las presidentas de los comités de mujeres de cada empresa se unen constituyendo un comité provincial. Nos ayudan a formular reivindicaciones nacionales sobre los problemas propios de las mujeres.

¿Cuáles son los principales problemas que plantean los comités de mujeres?

En primer lugar está el de la maternidad. Antiguamente las mujeres llegaban a tener hijos hasta dos veces en el mismo año, por ejemplo, en marzo y en diciembre. Había empleadores que se quejaban y no querían contratar mujeres porque acarreaban problemas: ausencias durante el embarazo, consultas médicas, vacunación de los bebés... todo eso los irritaba. Había que buscar una solución. Como sindicato, les enseñamos a las trabajadoras afiliadas cómo controlar los embarazos. Para explicárselo les hablamos de las cuatro “D”: Demasiado pronto, demasiado seguidos, demasiado numerosos y demasiado tarde. Esas cuatro “D” pueden inclusive ocasionar la muerte a una mujer si no respeta las reglas. Esta formación que se brinda a través de los comités de mujeres de las empresas tiene por tanto la finalidad de espaciar los embarazos y conseguir buenos resultados en el trabajo.

En el plano sindical, también luchamos para que se protejan los derechos relacionados con la maternidad. Ésta es una recomendación crucial de la CSI porque muchas personas no saben de qué se trata. Les explicamos por qué es importante la protección de la maternidad a nivel de la sociedad, del empleador, del hogar, del gobierno y de los hijos… Éste es un mensaje que se debe reiterar una y otra vez, tanto en el plano gubernamental como en el de los empleadores y el de las trabajadoras mismas. Tenemos que luchar todos para que se ratifique el Convenio núm. 183 de la OIT sobre la maternidad. En este momento tenemos una Ministra de Trabajo y Previsión Social que defiende mucho la condición femenina y nos hemos reunido con ella a fin de procurar que la República Democrática del Congo ratifique ese convenio internacional.

¿Qué me dice del acoso sexual?

El acoso sexual es un problema gravísimo. Les pedimos a las mujeres que denuncien todos los casos de ese tipo y tal fue además el tema elegido para la jornada del 8 de marzo de este año: “No a la violencia sexual contra la mujer”. Si un hombre toma conciencia de que si comienza a acosar a una mujer corre el riesgo de que ésta lo denuncie, vacilará en hacerlo y comprenderá que lo que hace no está bien. Es necesario castigar a los acosadores porque cuando se comiencen a difundir los casos de castigo, el acoso disminuirá. Pero las mujeres también pueden ser ellas mismas quienes acosan. Aconsejamos a las mujeres la mejor manera de reaccionar frente al acoso sexual.

Cuando se menciona al Congo en los medios informativos internacionales, a menudo se habla de la guerra. ¿Tiene la UNTC una presencia en una región como Ituri?

Tenemos presencia en toda la RDC a través de nuestras 64 uniones sindicales. El personal permanente de las delegaciones de esas regiones nos hace llegar informes sobre los casos de violaciones, matanzas... Pero carecemos de medios para llegar hasta allí y evaluar el sufrimiento de los trabajadores y trabajadoras. Por el momento, trabajamos por carta, por correo electrónico y por teléfono, pero en cuanto dispongamos de fondos, programaremos una visita a la provincia oriental.

(1) La UNTC es una de las tres afiliadas de la CSI de la República Democrática del Congo, junto con la Confédération syndicale du Congo y la Confédération démocratique du travail.


Entrevista realizada por Samuel Grumiau


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