La brecha entre regiones queda patente en la segunda encuesta mundial de la CSI sobre el COVID-19, a la que respondieron 116 sindicatos en 94 países, incluyendo 17 países del G20 y 32 países de la OCDE, entre el 30 de marzo y el 2 de abril de 2020.
El último análisis de la OIT sobre los catastróficos efectos del COVID-19 sobre las horas de trabajo y los ingresos muestra que podría perderse el equivalente a 22 millones de puestos de trabajo a tiempo completo (calculados en base a 40 horas semanales) en África, 150 millones en Asia-pacífica y 29 millones en las Américas.
“Pese a que el G20 se ha comprometido a inyectar un estímulo récord que asciende a 5 trillones de USD, países emergentes y en desarrollo podrían quedar excluidos.
La gran mayoría de los Gobiernos (72%) aportan protección salarial y apoyo a los ingresos, aunque también hay importantes diferencias regionales. En 41% de los países se piensa la ayuda no basta para cubrir los costes esenciales, una opinión más generalizada en la región de Asia-Pacífico (64%), seguida de las Américas (45%).
No podemos permanecer de brazos cruzados y esperar a que la pandemia ataque a países en África y América Latina con la misma ferocidad que lo está haciendo en otras regiones sin contar con un plan de acción. El 57% de los gobiernos cubiertos por la encuesta en África y el 35% en las Américas no prevén protección salarial ni apoyo a los ingresos para los trabajadores. Debemos estar preparados, con todas las herramientas a nuestra disposición, para apoyar a estos países, de los que depende gran parte del mundo –incluidas economías avanzadas– para el abastecimiento de alimentos y material a través de las cadenas mundiales de suministros”, indicó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
La CSI lanza un llamamiento a apoyar un fondo Global para la Protección Social Universal, destinado a apoyar a los países más pobres con ayuda sanitaria y apoyo a los ingresos, y que el FMI coordine un estímulo fiscal, emita derechos especiales de giro (DEG), establezca un Fondo Fiduciario a través del cual las economías avanzadas puedan reasignar sus reservas de DEG, y se asignen las aportaciones de dicho fondo específicamente a la sanidad pública y la protección social y del empleo.
La encuesta mundial de la CSI sobre el COVID-19, que incluye el seguimiento de datos de países que respondieron inicialmente a la encuesta durante la semana del 17 al 30 de marzo, reveló que:
- 62% de los países han decretado ahora el confinamiento de la población, frente al 54% entre los mismos 67 países que completaron la encuesta semana tras semana.
- El continente con mayor número de países que han decretado el confinamiento de la población es Europa (75%), seguido de las Américas (71%). Asia-Pacífico es el que tiene menos, con 61% de los países.
- El Gobierno de Bolsonaro, en Brasil, es el único del total de 94 países cubiertos que sigue afirmando que el coronavirus no representa una amenaza importante a la salud pública o la economía nacional.
El contrato social está siendo re-escrito en numerosos países, donde gobiernos, empleadores y sindicatos trabajan juntos para afrontar el impacto social y económico del COVID-19. Los gobiernos están respondiendo bien a las necesidades de los trabajadores en el 64% de los países. Esta es la opinión en todas las regiones a excepción de las Américas, donde se considera que la mayoría de los gobiernos están respondiendo mal (65%).
Aunque hay ejemplos de buenos empleadores que garantizan empleos e ingresos durante 90 días, brindan apoyo a las cadenas de suministro y retribuyen a la sociedad, siguen siendo demasiados los empleadores que están dejando atrás a los trabajadores. En el 56% de los países se considera que los empleadores están respondiendo mal a las necesidades de los trabajadores. Los empleadores en las Américas y Asia-Pacífico son los que peor responden a las necesidades de los trabajadores. De los 67 países cubiertos por la encuesta las dos semanas, 51% pensaba que los empleadores lo estaban haciendo mal la primera semana, y 61% la segunda semana.
“La OIT ha lanzado hoy una clara advertencia, con sus previsiones respecto a una pérdida de horas de trabajo (en base a una semana laboral de 40 horas) equivalente a 230 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en todo el mundo – nos esperan tiempos difíciles. Únicamente trabajando juntos mediante diálogo social entre sindicatos, empleadores y gobiernos, y con el compromiso de una coordinación global, podrá conseguirse que la gente siga confiando en sus gobiernos. Esto constituye la base para un futuro tras la pandemia que no deje a nadie atrás”, concluyó Sharan Burrow.
– FIN -
Resultados de la Encuesta Mundial de la CSI sobre el COVID-19.