Así pues, no es ninguna sorpresa que el movimiento sindical, representado en esta ocasión por las organizaciones belgas FGTB y CGSLB, haya respondido a la invitación del BEI para dar su opinión sobre el “manual social y ambiental”. El objetivo del manual es proporcionar al Banco (y a los promotores que se dirigen al mismo) un método de evaluación de los riesgos con relación al respeto de las normas sociales y ambientales.
El movimiento sindical defiende evidentemente que el respeto de todas las normas sociales fundamentales, sin excepción, sea una condición sine qua non para la obtención de apoyo por parte del BEI. Hemos tenido efectivamente que lamentar el hecho de que hasta ahora, en su manual, el Banco se haya inclinado a considerar el secuestro, el asesinato o la tortura de sindicalistas, por ejemplo, como prácticas menos dignas de atención que la violación de otras normas.
Los sindicatos han recordado también que el desarrollo implica las capacidades de los Gobiernos para financiar los servicios y la protección social. Sería lógico que para beneficiarse del apoyo del BEI, un promotor y/o un proyecto generen ingresos fiscales y no operen a partir de paraísos fiscales, como parece ser el caso hoy en día.
Los sindicatos han alentado la instauración de mecanismos abiertos a la sociedad civil, incluyendo específicamente a los interlocutores sociales, antes de la aprobación de un proyecto y durante la duración del mismo. Así podrían hacerse escuchar y, si fuera necesario, alertar directamente al Banco. El promotor no puede ser el único responsable de su propia evaluación y de los mecanismos de “queja”.
En nuestra opinión, esta ha sido una primera consulta del BEI a los sindicatos sobre este tema. El futuro próximo dirá si se trató de una consulta puramente formal.
Artículo escrito por Thierry Aerts, departamento Europeo e Internacional FGTB.