Discurso de Giancarlo Bermudez Conde (CEOSL - Ecuador)

Viena – Austria
2 de noviembre de 2006
Giancarlo Bermudez Conde
CEOSL - Ecuador
Sindicatos Mundiales – Empresas Mundiales

En primer lugar quiero felicitar la creación de la CSI, como un paso más en el fortalecimiento de la unidad de la clase trabajadora del mundo.
Además quiero agradecer el espacio que nos dan a la juventud de América para profundizar la discusión sobre la situación de la juventud trabajadora y de la juventud sindicalista, ante la avanzada del libre comercio, y el aumento del poder de las empresas transnacionales.

Nosotros y nosotras, jóvenes de América latina, tenemos claro que para trabajar por un empleo decente, tenemos que trabajar por fortalecer los Estados y su capacidad de hacer políticas públicas y controlar la inversión extranjera.
Si bien el ALCA no fue aprobado, hoy en día están siendo aprobados TLC impuestos a los países del continente, que no tienen la capacidad de oponerse a los caprichos del gobierno de EEUU.

La carencia de empleo genera inseguridad, improductividad, exclusión social y marginación política, la competencia basada en la precariedad laboral no es un camino exitoso.
Pero desgraciadamente la mayoría de las empresas multinacionales creen que la estabilidad y ciertas garantías laborales deben de ser reemplazadas por la precariedad y la flexibilización laboral.

No hay forma de tener empleo decente, mientras las empresas multinacionales presionan a nuestros Estados para que flexibilicen los marcos jurídicos para disminuir los derechos laborales. Y estamos en camino de vivir bajo dictaduras empresariales, dictaduras de la especulación financiera.

Los jóvenes trabajadores somos víctimas y estamos conscientes de esta problemática, creada por las Empresas Mundiales, sabemos también que más del 60% de la población carece de protección de salud o del derecho a una pensión por jubilación. El número de niños en la calle aumenta y la precariedad en el empleo es cada día más patente, la globalización de los negocios y de los capitales resulta social y económicamente excluyente. Esta lógica financiera está destruyendo la dignidad humana, está robando a 88 millones de jóvenes su derecho a trabajar. Es el nivel récord de desempleo mundial: 88 millones de jóvenes quieren trabajar, y hoy se hallan desempleados/as.
La falta de educación genera falta de capacidad para romper la situación de pobreza y miseria extrema que sufrimos en esta región. Además, las niñas y los niños fuera de las aulas, provocan sociedades más débiles, con menos capacidad de organizarse, de conocer y defender sus derechos como clase trabajadora, de reconocerse como sujetos capaces de generar cambios en la sociedad.

La CSI, junto a los jóvenes, mujeres y trabajadores de todo el mundo, debe luchar en contra de esta globalización de ricos y empresas mundiales que no respetan ningún acuerdo laboral y que no tienen la más mínima intención de tener una economía social donde ganemos todos. Esta Integración Sindical Histórica, con nosotros los jóvenes sindicalizados, debe hacer el camino hacia una verdadera Globalización, porque si hay que globalizar algo, debe de ser el trabajo decente, el desarrollo sostenible, la justicia social, la educación, la erradicación del trabajo infantil, la remuneración justa, la protección social, la estabilidad, la libertad sindical y la paz.

Los jóvenes en general tenemos un rol importante en este momento de integración sindical, que de pronto muchos no se han dado cuenta. Esta creación de la nueva central sindical en el fondo se ha dado para construir un mejor presente, para tener un futuro digno, y, nosotros los jóvenes ya dejamos de ser el futuro, somos parte de este presente, somos parte de esta lucha, somos parte de las nuevas aspiraciones y metas de esta Central, porque esta generación de jóvenes hemos sido parte de la creación de la CSI y somos los pilares fundamentales de su éxito.

Un instrumento fundamental lo estamos construyendo hoy acá: es la Unidad, la unidad y fortalecimiento de la clase trabajadora.

Las Empresas Mundiales y los gobiernos opresores sólo sienten con el bolsillo, nosotros los trabajadores sindicalizados, hombres y mujeres, sentimos con el corazón, porque creemos en esto, porque somos sindicalistas por convicción y porque somos capaces de dar la vida por el bienestar de nuestros compañeros.

Quiero que hoy hagamos un compromiso importante, nosotros somos los llamados a fortalecer el diálogo social para un mundo más digno, y parte de eso es que trabajamos plenamente por una paz mundial.

La creatividad, la participación, la inclusión y la esperanza son deudas que esperamos saldar a partir de hoy, desde la CSI, con la juventud trabajadora del mundo.
Y quiero terminar, si me permiten, con una cita de un escritor ecuatoriano, Juan Montalvo: “Pobre de aquel país donde su juventud sea sumisa con el tirano”.
Gracias.