Garantizar a largo plazo el objetivo de permanecer por debajo del incremento de 2°C y proseguir los esfuerzos para limitar dicho aumento a 1,5°C, requerirá cambios drásticos en nuestros patrones de producción y consumo. Esto únicamente ocurrirá si aumenta la ambición en cuanto a los objetivos nacionales de emisiones, particularmente en los países desarrollados, antes de la entrada en vigor del Acuerdo en 2020.

La gente es mucho más ambiciosa que sus gobiernos respecto a la acción climática, la Encuesta Mundial de la CSI 2017 reveló que el 85 por ciento de la población piensa que el mundo sería mejor si los gobiernos estuviesen más comprometidos a tomar medidas respecto al cambio climático, y dos terceras partes de los encuestados querían que sus gobiernos promoviesen una transición justa hacia un futuro con cero emisiones de carbono.

“Una acción ambiciosa respecto al cambio climático constituye un imperativo. Habrá buenos empleos en un planeta vivo. La COP23 debe incrementar su ambición con medidas concretas encaminadas a lograr progresos significativos hacia unas economías con cero neto, y los países pueden aprovechar los beneficios de las inversiones realizadas hoy en empleos y crecimiento económico. Ha llegado el momento de mostrar liderazgo y ahí donde algunos líderes se muestren reacios, otros deberían mostrar el camino”, afirmó Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional.

Los sindicatos hacen tres demandas a los Gobiernos para garantizar el éxito de la conferencia sobre el cambio climático:

• Mostrar mayor ambición y aprovechar el potencial que supone la acción climática para la creación de empleo,
• Cumplir los compromisos sobre la financiación del clima y apoyar a los más vulnerables,
• Comprometerse a garantizar una transición justa para los trabajadores/as y sus comunidades

Para garantizar el cumplimiento del Acuerdo de París, los gobiernos deben asegurarse de que los aspectos relacionados con el empleo en las políticas climáticas formen parte de sus trayectorias de descarbonización. Deben establecer planes y estrategias encaminadas a una Transición Justa. Esto requiere el establecimiento de mecanismos formales de diálogo social de manera que las estrategias de transición justa sean elaboradas democráticamente a todos los niveles –comunitario, regional, de empresa y sector y nacional–.

“No cabe duda de que un mundo con cero carbono es posible, pero deberán adoptarse opciones críticas sobre cómo gestionar la transición. Los sindicatos plantearon la demanda de una transición justa, lo que derivaría en la inclusión en el Acuerdo de París del requisito de que las acciones nacionales respecto al clima garanticen medidas de transición justa y creación de empleo decente. No obstante, la transformación sectorial y económica a la que nos enfrentamos necesita ser de mayor escala y a un ritmo mucho más acelerado que en cualquier momento de la historia”, prosiguió Sharan Burrow.

La CSI ha establecido un Centro de Transición Justa que congrega y apoya a sindicatos, empresarios, compañías, comunidades e inversores en un diálogo social con gobiernos y autoridades municipales, con vistas a desarrollar planes para una transición justa y rápida hacia un mundo con cero emisiones de carbono y cero pobreza.

“Cada vez son más las compañías y los inversores que actúan para hacer frente a los riesgos y establecer los cimientos de un mundo con cero carbono. La gente necesita ver un futuro que les permita comprender que, pese a las amenazas, juntos podemos crear tanto la seguridad como oportunidades”, concluye Burrow.

La CSI encabeza una delegación de 130 sindicalistas provenientes de 40 países en la COP23 en Bonn.

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Lean el Informe Nuevos Frentes de la CSI sobre Justicia Climática: COP23