Las oficinas de la Korean Confederation of Trade Unions (KCTU) y del Korean Health and Medical Workers’ Union’s (KHMU) fueron blanco de la agencia de espionaje coreana a primera hora del 18 de enero. Según la prensa, las redadas prosiguieron el 19 de enero con ataques de la policía a los sindicatos de la construcción afiliados a la KCTU y a la Federation of Korean Trade Unions (FKTU).
En un comunicado, la KHMU ha señalado que las fuerzas de seguridad del Estado registraron sus oficinas durante varias horas pese a manifestar su intención de cooperar: “Condenamos enérgicamente la represión del movimiento sindical a manos de las fuerzas de seguridad. Lucharemos enérgicamente contra esto. (…) No cederemos jamás ante la ofensiva selectiva de las fuerzas de seguridad del Estado”.
El secretario general adjunto de la CSI, Owen Tudor, ha denunciado las redadas: “Nos solidarizamos firmemente con el movimiento sindical coreano ante esta agresión e intimidación manifiestas por parte del Gobierno.
“Se trata de un ataque lamentable a los sindicatos y, como tal, de un ataque a la propia democracia en Corea del Sur. Como Estado miembro de la OIT, el Gobierno de Corea tiene el deber de respetar la normas de la OIT sobre libertad sindical. Eso significa respetar los derechos humanos y sindicales y garantizar que los sindicatos puedan operar libres de temor y persecución.
“Los sindicatos de Corea del Sur cuentan con un magnífico historial de lucha por la justicia social y de conquistas para los trabajadores y las trabajadoras. Estoy convencido de que no serán silenciados, que continuarán su trabajo a pesar de esta intimidación, y que cuentan con el apoyo y la solidaridad de toda la CSI”.
Este no es primer acto de represión por parte del Gobierno coreano contra el movimiento sindical. En 2021 fue arrestado el presidente de la KCTU y, el pasado mes de diciembre, las autoridades intentaron allanar las oficinas del sindicato para poner fin a una huelga de camioneros.