Un juez del Tribunal Supremo anuló dichas condenas el 8 de marzo.
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, declaró al respecto: “La persecución judicial de Lula, liderada por el desacreditado juez Sérgio Moro, ha llegado a su fin. El único ‘crimen’ cometido por Lula fue ponerse del lado de los marginados y los oprimidos, algo que resultaba inaceptable para las fuerzas conservadoras que ejercen tanto poder en Brasil.
“Esta decisión supone un nuevo impulso para la democracia en Brasil, en la región y en el mundo. Retira una intensa mancha de la política y el sistema judicial en Brasil e impulsará el movimiento que busca dejar de lado al gobierno verdaderamente corrupto del actual presidente Bolsonaro. El menosprecio de Bolsonaro hacia la ciudadanía ha conseguido deshacer muchos de los logros de los gobiernos de Lula y Dilma, y su negacionismo respecto a la COVID-19 ha costado ya miles de vidas”.