Belarús: represión contra sindicatos independientes

La CSI ha expresado su preocupación ante el acoso de que son víctimas dos sindicatos en Belarús. El 2 de agosto, agentes oficiales incautaron documentos y equipos de las oficinas del sindicato de la radio, Radio Electronic Union (REP) y del Belarusian Independent Union (BNP) e interrogaron a los dirigentes y al personal de ambos sindicatos durante varias horas. Los dos sindicatos son afiliados a la central de sindicatos democráticos del país, Belarusian Congress of Democratic Trade Unions (BKDP).

Los agentes, del Departamento de Investigaciones Financieras del Comité de Control Estatal, justificaron estas medidas dando como argumento que los sindicatos recibían ayuda solidaria del exterior del país, afirmando que esa financiación era ingreso personal de los dirigentes sindicales y acusándoles de no pagar impuestos sobre estos fondos.

Durante muchos años, Belarús ha sido objeto de procedimientos por parte de la OIT por sus violaciones metódicas y sistemáticas de los derechos sindicales. En 2004, la Comisión de Encuesta de la OIT emitió 12 recomendaciones al Gobierno, incluida una petición de modificación del Decreto núm. 24 relativo al apoyo a los sindicatos procedente del exterior. Hasta la fecha, estas recomendaciones solo se han aplicado parcialmente.

La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, señaló a este respecto que “estas medidas constituyen una injerencia del Estado en las actividades de los sindicatos independientes. Han interrumpido el trabajo de los secretariados de los dos sindicatos y han creado una atmósfera de represión y miedo. Belarús debe ajustar su legislación a sus obligaciones internacionales y aplicar plenamente las recomendaciones de la Comisión de Encuesta de la OIT, incluyendo la cuestión de la ayuda procedente del exterior, y dejar de utilizar las disposiciones legales vigentes para acosar a los dirigentes sindicales. A principios de este año fuimos testigos de protestas generalizadas contra una ley que catalogó efectivamente a más de 400.000 ciudadanos de Belarús como parásitos sociales, y los sindicalistas independientes estaban en primera línea de las protestas. Este es un caso de represalias por parte de las autoridades contra los sindicatos que simplemente defienden los principios fundamentales y al pueblo de Belarús”.