Apoyo de la UE al desarrollo del sector privado: es preciso centrarse en la reducción de la pobreza y la creación de empleo

En abril, un seminario sobre el tema de “Evaluación de la ayuda de la Unión Europea al desarrollo del sector privado en terceros países” puso de manifiesto que aún queda mucho por hacer para aprovechar al máximo el impacto de los fondos de la UE sobre el terreno, ya que la vinculación entre la ayuda comunitaria al desarrollo del sector privado y la reducción de la pobreza y la creación de empleo sigue siendo muy distante.

El 22 de abril, la Comisión Europea (CE) presentó un informe de evaluación sobre el apoyo al desarrollo del sector privado en terceros países con la finalidad de identificar las enseñanzas más importantes que se han adquirido. Su objetivo es mejorar las estrategias y los programas actuales y futuros. La evaluación incluye una encuesta con los representantes de las delegaciones de la UE y visitas a los países, y cubre la totalidad de la ayuda brindada durante el período 2004-2010 en todas las regiones en las que la UE aportó fondos directos, los cuales ascendieron a 2.400 millones de euros. La mayor parte de la financiación se centró en las áreas de facilitación de la inversión y acceso a la financiación (23%); apoyo presupuestario sectorial (20%); y la inversión y cooperación entre empresas (19%). En cambio, el apoyo a las microempresas fue mínimo (2%).

El seminario dedicó la mayor atención a la cuestión clave del valor añadido de la CE a la hora de prestar apoyo al desarrollo del sector privado en países terceros. A este respecto, el informe de evaluación menciona que “se observó que el apoyo de la Comisión aporta diferentes tipos de valor añadido. Puede ser su peso económico, su mandato comercial, su capacidad para transferir las buenas prácticas de la UE, su capacidad para utilizar una variedad de mecanismos y modalidades de apoyo, su continuidad y atención a la reducción de la pobreza y el hecho de que se percibe como menos vinculado a determinados intereses económicos o políticos. Sin embargo, no puede afirmarse que alguno de estos factores realmente sobresalga”.

Por otra parte, el informe de evaluación indica que “los representantes de la Comisión no mostraron una noción clara y común de lo que era, o debía ser, el valor añadido de la Comisión con respecto al apoyo del desarrollo del sector privado”. El informe no abarca ni los recursos canalizados a través de los mecanismos combinados de la UE ni del Fondo de Inversión para los Estados de África, del Caribe y del Pacífico establecido por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) con el fin de apoyar el desarrollo del sector privado. Sin embargo, sus conclusiones son similares a las preocupaciones planteadas durante el seminario público organizado en el Parlamento Europeo el 21 de marzo, abocado específicamente a los mecanismos de combinación y al Fondo de Inversión para América Latina de la UE (LAIF). El informe de la organización de la sociedad civil sobre este fondo LAIF concluye que “no se ha observado una relación directa entre el Fondo de Inversión para América Latina de la UE y la reducción de la pobreza y la desigualdad. De hecho, la mayor parte de los proyectos no incluyen entre sus objetivos la reducción de la pobreza, la desigualdad ni la exclusión (cohesión social)”.

El informe de evaluación señala además que aun cuando existe un amplio consenso sobre la importancia del sector privado para la creación de empleo, “la vinculación entre la ayuda de la UE para del desarrollo del sector privado y la generación de empleo sigue siendo muy distante y la UE no aprovechó realmente su apoyo al desarrollo del sector privado como una oportunidad para promover las cuestiones transversales y el Programa de Trabajo Decente”. Las conclusiones presentadas por la organización de la sociedad civil en el Parlamento Europeo, basadas en un profundo análisis de cuatro estudios de caso, destacan que uno de cada cuatro proyectos “posee el potencial para ejercer un impacto positivo siempre que se logren los resultados esperados. Sin embargo, la falta de información disponible no permitió realizar un análisis riguroso y suscita una serie de preguntas acerca de los mecanismos y procedimientos de participación, seguimiento y selección, así como la prioridad que se concede a la eficiencia energética con respecto a otras necesidades de financiación de las PYME [pequeñas y medianas empresas]”.

En el seminario, las organizaciones de la sociedad civil sostuvieron que, en tiempos de escasez de recursos públicos, la Comisión Europea debería dar respuesta a estas preocupaciones mediante la revisión de su ayuda el desarrollo del sector privado con el fin de garantizar un impacto positivo sobre la erradicación de la pobreza y la creación de empleo.

Artículo escrito por María José Romero, Eurodad y Gustavo Hernández, Alop