Amazon.com, Inc.

Amazon representa una amenaza existencial para la democracia y es, con razón, el objetivo de campañas como Make Amazon Pay y coaliciones como la UNI Global Union Amazon Alliance.

Como el mayor minorista en línea del mundo, y como el principal proveedor de servicios de informática en la nube y el quinto mayor empleador a escala mundial, no hay sector ni comunidad en los que Amazon y sus filiales no hayan tenido repercusiones adversas. La empresa se ha hecho famosa en múltiples continentes por sus prácticas antisindicales y sus bajos salarios, así como por su monopolio del comercio electrónico, sus escandalosas emisiones de carbono a través de sus centros de datos Amazon Web Services (AWS), su evasión fiscal corporativa y sus grupos de presión a escala nacional e internacional.

Únicamente en Estados Unidos, donde el índice de lesiones laborales de Amazon duplica el registrado por empresas similares, ha acumulado multas por más de 250 millones USD por casos de infracciones contra la privacidad, la salud y seguridad en el trabajo, los salarios y el medioambiente, interpuestos por trabajadores de todos los sectores. Las tentativas para que Amazon rinda cuentas en lo que respecta a los derechos laborales le han llevado a impugnar la constitucionalidad de la Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos. En Canadá está tratando de derogar la legislación laboral provincial. En Europa, los grupos de presión de Amazon han sido definitivamente expulsados del Parlamento Europeo por negarse a asistir a audiencias sobre violaciones de derechos laborales en sus almacenes, convirtiéndose en la segunda empresa de la Historia sometida a una sanción de este tipo. Su negativa a negociar con los sindicatos de Alemania ha dado lugar a una década de huelgas. Y, en la India, la empresa ha admitido haber incumplido las normas de seguridad laboral en sus almacenes.

Los activistas han presionado a Amazon para que firme el Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad en la Industria Textil y de la Confección, a lo cual se ha negado hasta ahora. El Corporate Europe Observatory advirtió que “no se tolerará el absoluto desprecio de Amazon por el escrutinio democrático de su abusivo modelo de negocio”.

Los sindicatos consideran que la paz es esencial para la democracia. Amazon, en cambio, se ha transformado en un proveedor de servicios en el ámbito de la seguridad y guerra, un hecho que la empresa reivindica en su vídeo promocional “Amazon Web Services for the Warfighter”. Sus propios empleados han criticado los negocios que la empresa mantiene con gobiernos que utilizan su software ATLAS para investigar a inmigrantes naturalizados y su software de reconocimiento facial, Rekognition, para “vulnerar los derechos humanos”.

La magnitud de la actividad de los grupos de presión internacionales de Amazon socava la capacidad de respuesta democrática de gobiernos e instituciones de cara a la población en general. En Europa, Amazon “declara ahora estar financiando a más de 60 asociaciones empresariales, 15 foros y grupos de expertos y una ONG.” Su acaudalado ejército de grupos de presión trata de influir en los responsables políticos con relación a un sinfín de cuestiones: política laboral y de empleo, derechos de privacidad, sostenibilidad medioambiental, etc. Esta influencia no se limita a gobiernos locales y nacionales, sino que se extiende a instituciones internacionales, donde, a pesar de los evidentes conflictos de intereses, Amazon ansía influir en la política internacional sobre la gobernanza de Internet.

Jeffrey Bezos, fundador de Amazon, director ejecutivo durante muchos años, actual miembro del Consejo de Administración, y una de las personas más ricas de la historia de la humanidad, realiza grandes contribuciones a partidos políticos y hace alarde de tendencias liberales. Sin embargo, un examen minucioso revela que Amazon ha respaldado el desarrollo de políticas de extrema derecha a través de lo que The Guardian denomina un “complejo fraude” de contribuciones políticas que se han utilizado para socavar los derechos de las mujeres y la legislación antimonopolio. También se ha descubierto que sirve de plataforma a grupos de derechas y que les permite obtener ingresos en línea a través de Amazon.com y traficar con propaganda utilizando los servicios AWS.