La actual escalada de este conflicto que se prolonga desde hace décadas, y que comenzó con un atroz ataque contra Israel el 7 de octubre de 2023, ha ocasionado numerosas víctimas, sobre todo entre los civiles palestinos de Gaza, y se está intensificando con los ataques con misiles desde el Líbano e Irán contra Israel y la expansión de las operaciones militares en el Líbano.
Cientos de miles de civiles de ambos países se han visto obligados a huir de sus ciudades y pueblos fronterizos para escapar de las devastadoras operaciones militares, sin disponer de acceso a productos de primera necesidad.
La expansión de la guerra en el Líbano va a exacerbar el empeoramiento de las condiciones de vida, puesto que el mercado laboral, ya gravemente afectado por la crisis económica que azota al país desde hace años, está colapsando.
La CSI hace hincapié en la necesidad de cooperación internacional para poner fin a la violencia y garantizar una solución duradera para la población de la región, a través del diálogo, el respeto del derecho internacional –en particular, el derecho humanitario y los derechos humanos– y la plena aplicación de las correspondientes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para alcanzar una solución de dos Estados.
Además, la CSI reclama un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes y el suministro de ayuda humanitaria urgente para los civiles de Gaza y el Líbano, que están sufriendo una grave escasez de alimentos, agua y material médico.
El secretario general de la CSI, Luc Triangle, ha expresado su profunda preocupación por las repercusiones del conflicto en la población civil: “El sufrimiento de los ciudadanos es intolerable. Exigimos que se ponga fin a la espiral de violencia y que se ponga inmediatamente en marcha una iniciativa mundial de paz que materialice las esperanzas de coexistencia pacífica de la población en la región, en el marco de la democracia y la justicia social. Este conflicto requiere que los principales actores internacionales se alcen y digan NO a la actual escalada de violencia”.
La CSI reafirma su apoyo y solidaridad con la población civil y con los trabajadores de la región, y solicita una mayor solidaridad por parte de los sindicatos para respaldar los esfuerzos de sus organizaciones afiliadas en la región a la hora de proporcionar ayuda a los afectados por la guerra.